tag:blogger.com,1999:blog-11818831047759188532024-03-13T05:22:47.777+01:00UN SITIO PARA MÍMayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.comBlogger49125tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-70271144846423474722021-12-31T10:34:00.002+01:002021-12-31T14:42:44.511+01:00UN AÑO MÁS<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"> </span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">
Acabé el año pasado sola en casa, por elección personal,
convencida de que era lo mejor para cuidar a mi familia, y con la
esperanza de que al año siguiente todo fuera mejor. Un año después, aquí estoy, en
el mismo sofá, en la misma soledad, y esta vez ni siquiera puedo
salir un ratito a la calle a saludar a alguien, o tomar un sorbito de
champán y brindar por todo lo (bueno) que vendrá. Parece que la
vida no deja de sorprendernos y, francamente, es fácil pensar que
sólo para mal.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Y sin embargo, me
niego, ME NIEGO, a despedir este 2021 aferrándome tan sólo a la
frustración que siento estos días, a la rabieta por no haber podido
pasar ni un momento con los míos, por no haber podido disfrutar de
los que venían de fuera y a los que, me temo, no tendré ocasión de
ver en unos cuantos meses, en el mejor de los casos. Vivimos una
realidad en la que los planes han dejado de ser la opción más
viable, y la improvisación y el adaptarnos a lo que sea, se ha
convertido en la única solución aceptable.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Así que, en esta
soledad forzada por Mr. Covid, cuya alargada sombra nos ha cubierto a
todos, de una u otra manera, en las últimas semanas, me obligo a
recordar algunos de los muchos memorables momentos de este año al
que le quedan apenas unas horas de vida.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- sobreviví a un
curso escolar de locura, coordinando tres trabajos y consiguiendo no
sólo no volverme majara, sino encima pasarlo (mayormente) muy bien y
engordar mis ahorritos, que buena falta me hacía…</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- durante los
primeros meses del año no tuve más planes sociales que alguna
comida con amigos y algún vermú, pero sobre todo, y no puedo estar más agradecida, mi bendito
teatro, que me salvaba de la locura de la soledad una y otra vez.
Comencé el año teatral viendo “Una noche sin luna” (que
describí entonces como “uno de los grandes momentos de felicidad
de mi vida”, y que tuve la suerte de ver de nuevo en Julio). Conseguí por fin ver a Lola Herrera interpretando a su Carmen en
“Cinco horas con Mario”. Fui tan afortunada de disfrutar en dos
ocasiones diferentes de dos de mis intérpretes favoritos, Inma Cuevas
y Pablo Derqui. Me descubrí sorprendida con montajes inesperados y
rompedores. Me emocioné, y reí, y canté, y lloré, y amé cada
minuto que pasé en una de esas butacas rojas…</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- hice algunos
amigos nuevos, seres humanos hermosos que aportan e importan, que
traen risas y sonrisas, alianzas y planes, que llenan un poquito más mi
vida, ya de por sí, muy llena de amor. Y recuperé antiguas amistades,
que el tiempo había enfriado un tanto, pero cuyos lazos sueltos fue muy
sencillo volver a anudar. Porque no hay que cerrar la puerta porque
sí, e, incluso si se hace, hay que permitirse volver a abrirla
cuando merece la pena.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- pasé un verano
maravilloso, a pesar de todas las limitaciones habidas. Descubrí
playas preciosas, hice un montón de viajecitos pequeños y uno
grande, en el que me estrené como conductora oficial. Me reencontré
con el mar, dos años después. Vi puestas de sol alucinantes.
Compartí mucho tiempo con mis mejores y más antiguos amigos. Los
que no fallan. Los que siempre estarán. Sonreí. Sonreí. Sonreí.</span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br /></span></p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- mi coche fue atacado por una horda de hormigas hambrientas durante mis vacaciones en Portugal. Estuve durante semanas sacando pequeñas hormigas de todas partes, pero cada vez que lo hacía, no podía evitar seguir sonriendo con aquel recuerdo absurdo de la manta negra cubriendo el coche gris, mientras pensaba en las hormiguitas sobreviviendo a 30 kilómetros en la autopista hasta que pudimos lavarlo...</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- pasé el tiempo
que pude con mis sobrinos. Descubrí que las pequeñas me encuentran
parecido con cualquier personaje principal de la serie o película
que estemos viendo en ese momento. Me reafirmé en su amor
incondicional, a pesar de que en los adolescentes está un poco
escondido.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- abracé, de lado y
con precauciones, pero con el alma y el corazón en cada abracito. Si
algo le agradezco a esta pandemia es la desaparición de los dos
besos sociales de rigor, porque ahora, sin ellos como obligación, yo
hago uso del abrazo, el que calienta el corazón...</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- leí mucho menos
que de costumbre, y si os digo que fueron 60 novelas, pensaréis que
os tomo el pelo, pero no, no es mi ritmo habitual. No ha sido el año
de mi vida en lo que respecta a la lectura. Estamos pasando un
momento raro, mis libros y yo, pero ellos siempre serán uno de mis
grandes amores, y encontraremos nuestro camino de vuelta.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- volví a tatuarme,
una vez más, nunca la última, y Nankurunaisa ha de ser un lema de
vida para mí y para cualquiera. Buscad el significado. Lo querréis
para vosotros.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- aprendí a
cambiarme yo sola mi arito de la nariz, y me hice con una colección
de aros alucinante. Cambiarlo con la frecuencia que me da la gana es
una cosa absurda, pero a mí me hace feliz, y la felicidad está en
las pequeñas cosas..</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- conseguí vender
mis primeros vestidos en Vinted, lo que me hizo una ilusión terrible
para seguir haciendo hueco en el armario a mi consumismo imparable.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- viví algunos
ataques de risa memorables, de esos que dan años de vida, sin ir más
lejos, ayer mismo. Que viva la risa, que viva la gente con la que
compartimos los ataques de risa. Que nada ni nadie nos quite las
ganas de reírnos.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- me hice la primera
manicura de mi vida, que no he podido lucir en absoluto, porque estoy
encerrada desde el día siguiente de hacerla. Me ha encantado, así
que repetiré pronto.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">- y esquivé 5 olas
de COVID, para acabar arrollada por la sexta. ¿Que por qué lo
incluyo entre los buenos recuerdos? Porque como os decía al
principio, me niego a que esto marque mi fin de año con negatividad.
Conseguí encerrarme a tiempo de no poner a mi familia en riesgo de
contagio, y eso me hace un poquito feliz. Empezaré el año
superinmunizada (dicen los estudios por ahí), y eso hay que
celebrarlo.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Y hasta aquí 2021.
Os espero en 2022. Ojalá veros a alguno de vosotros la próxima
semana. Quiero un desayuno rico, un par de vermuts rojos con gaseosa, una comida en una terraza, quiero
vez las luces de navidad, que la primera obra de teatro del año sea
fabulosa, un abrazo de los más niños, y de los más mayores…
Cosas pequeñas. Cosas increíbles. Cosas hermosas.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: medium;">Si has llegado hasta
el final de esta despedida, que no esperaba que me quedara tan larga,
y no te has aburrido mortalmente; si formas parte de mi vida, si te
veo con más o menos frecuencia, si nos apreciamos, aunque sea sólo
a base de leernos por las redes; si compartimos algo, por muy poquito
que sea… MUY FELIZ 2022. Quédate cerca. Espero verte pronto.</span></p>Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-48994414595677895982021-07-25T20:37:00.000+02:002021-07-26T13:23:23.632+02:00PALABRAS SANADORAS<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><span style="font-size: medium;">Desde hace más de año y medio, y por el arte de magia de una pandemia mundial, caminamos por la vida casi de puntillas. La realidad que conocimos y dimos por hecha, ya no existe, y no hay forma de adivinar cuándo (si) la recuperaremos. Ahora resulta que debíamos atesorar aquella normalidad que nos parecía normal, porque al final, todo aquello era excepcional y no lo sabíamos. Ay, ojalá haberlo sabido...</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y aquí estoy, un día de verano un poco triste (porque dentro de la absurdez de vida que llevamos, también hay días bonitos, y no, hoy no es uno de ellos), y de pronto hay un niño botando incansablemente una pelota de baloncesto frente a mI ventana y recuerdo que así empezó esta historia, la mía con este blog. ¿Lo recordáis? Algunos ya estabais por aquí, leyendo mis divagaciones sobre sentimientos, sobre personas, sobre pasiones, y, aquel primer día, sobre los putos niños que no paraban de golpear el balón contra una pared. He buscado el post y lo he releído con la sensación de que, primero, no lo había escrito yo (cosa que sucede casi siempre ), segundo, que ha pasado una vida (más de 11 años, ahí es nada), tercero, que sigo en aquel andén en el que me describía entonces. Gente que pasa con sus billetes y con destinos muy decididos y definidos, y yo, con cara de perdida en la estación, como que aquello no va conmigo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero algo ha cambiado, incluso mucho, diría yo, en estos 11 años, y hablando exclusivamente de mí. Sigo sin saber cuál es mi tren, y, lo que es más, es posible que nunca lo sepa, pero hace tiempo que eso dejó de molestarme. He hecho las paces con esa incapacidad mía de tener un plan de vida, llamemos, convencional, y, venga, hoy no es un buen día, pero los tengo a cientos, incluso de pie en el bendito andén.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Normalmente sonrío viendo los trenes de los demás pasar. Ahí estoy, en mi banquito, y a veces os bajáis y me contáis vuestro viaje, os sentáis un ratito conmigo, y continuáis en vuestro tren de la vida (algún día debería contaros la historia de una depresión, una borrachera y el inolvidable tren de la vida...). Otras os veo cambiar de tren, porque resulta que, por muy bien que los eligierais, no son infalibles y a veces se estropean, y no os queda otra que bajar y pensar en cuál os subís después. A veces se baja alguien que ya no esperaba y me llena el corazón de alegría (siempre habrá sitio en mi banco para alguien que ya estuvo aquí). Hay viajeros a los que pierdo de vista para siempre, y me pregunto si su viaje habrá ido bien. Y otras veces, de pronto, hay gente nueva junto a mí, porque la vida aún no ha perdido la capacidad de sorprenderme y me regala nuevos amigos, nuevos compañeros de viaje (o de no viaje...)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y os acompaño a ratos en vuestros trenes, y vosotros a mí en mi parada sin destino, pero vamos juntos. Y sigo en mi palacio del silencio (eso es otro post), pero muchas veces lo inunda la música (de Lin-Manuel Miranda, principalmente), y cuando salgo de él, la mayor parte del tiempo, me rodea la risa. Y, cierto, hoy no es un gran día, pero mañana quizá lo sea, o pasado mañana, o la semana que viene, y atesoraré recuerdos pandémicos, porque algunos son tan buenos como los de aquella normalidad perdida. Y os abrazaré con los ojos, o con los brazos, (porque a veces no hay pandemia que impida un abrazo), y llegará otro día en que quiera matar a un niño con una pelota... Y entonces recordaré que hay algo que definitivamente no ha cambiado en estos 11 años, que este blog me hace feliz. Tenéis razón, la continuidad de este proyectito literario es pésima (ya me gustaría a mí que no lo fuera...), pero, indiscutiblemente, cada vez que me siento a escribir, sigo sin estar segura de mis palabras le van a llegar a nadie, pero lo que sí sé, lo que siempre sucede, es que, al menos para mí, todas estas palabras que escribo, que a veces incluso vomito incontrolablemente, son PALABRAS SANADORAS. Y no sólo las mías (lo siento, soy una rebelde del SÓLO, y lo pienso seguir escribiendo con tilde forever and ever), sino que cada uno de vuestros maravillosos comentarios, son el agua salada con la que curar una herida.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así que, me despido como lo hice en aquel primer post. <span style="background-color: white; color: #333333; text-align: justify;"><i>Si hay alguien al otro lado de estas letras además de mí misma, "HOLA"</i>. Ah, y os espero en mi banquito. Traed unas pipas barbacoa y un refresco de sabor ridículo...</span></span></div><div><span style="background-color: white; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></span></div><div><span style="background-color: white; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">MAYA</span></span></div><div><span style="background-color: white; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br></span></span></div><div><span style="background-color: white; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">PD- Mon, hoy ocupas mis pensamientos más que los demás visitantes de mi estación, así que esto es para ti. Que mis letras te acompañen un ratito en tu apartamentito de soltera. Te quiero.</span></span></div>Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-31207729247700574742021-02-17T23:59:00.005+01:002021-02-18T00:05:02.366+01:00Hipersensibilidad<p> </p><p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: inherit;"> Acabo de ver un episodio de una serie que ya ni siquiera me encanta,
de aquellas que sigues viendo por costumbre, porque ya te da apuro
dejarlas. Seguro que sabéis de qué hablo. No es lo que era, pero
bueno, no te aburres y ahí sigues. La serie es de las de llorar a
moco tendido, más de emoción que de tristeza, y desde la temporada
pasada me siento inmunizada ante sus dramas. Me imagino a sus
guionistas buscando la lágrima fácil y me da rabia y ya no lloro.
Bueno, no lloraba, porque, aquí me tenéis, escribiendo estas líneas
mientras me caen lágrimas como puños por las mejillas (suerte que
ya me he desmaquillado. En realidad, con la porquería de piel que
tengo ahora mismo, tampoco iba a empeorar demasiado la cosa un churretón de </span>rímel al correrse...<span style="font-family: inherit;">).</span></span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Total, que en un
segundo me ha dado por pensar en que ayer, quizá anteayer, le dije a
un amigo, tras un vídeo que él no encontraba tan gracioso, y que
ahora, al recordarlo, me hace volver a soltar carcajadas (y sí, sigo
con las lágrimas mojando mi cara. Cielos, esto es ridículo…), que
estoy en un momento en el que me río por todo, pero, en realidad, si
me paro un instante a reflexionar, lo que me ocurre, de hecho, es que
lo siento todo a un nivel en el que nunca había sentido las cosas, y
lo más curioso, es que lo siento todo a la vez.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Creo que vivo en un
estado de hipersensibilidad constante. Igual me río como una loca,
que lloro de tristeza o emoción, me enfado como una hidra, o me
vengo abajo como si estuviera al borde de la depresión más
absoluta. Y todo esto lo puedo sentir en un breve intervalo de
tiempo, o incluso a veces, son sentimientos simultáneos. Y lo
curioso es que yo, que he sido la reina del drama y de la
inestabilidad durante la mayor parte de mi vida adulta, desde hace
años me enorgullezco de una firmeza y estabilidad mental que me ha
costado mucho esfuerzo conseguir, y no entiendo muy bien cómo
gestionar todo esto.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Y me viene a la
memoria un frase que me escribió un antiguo novio en una hermosa
carta de amor en forma de email, “<span style="font-variant: normal;"><span style="color: #222222;"><span><span style="letter-spacing: normal;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">el
corazón siempre es vulnerable, venga por donde venga el estímulo</span></span></span></span></span></span>
“, y la de otro que me decía “tu fortaleza me hace débil”, y
yo ya no sé si mi corazón es fuerte o vulnerable, si controlo mis
emociones o son ellas las que me están dominando, si es el
agotamiento de mi cuerpo, si este último año ya pesa demasiado
mentalmente, o que empiezo a perder la cordura.</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Y me debato entre la
desesperanza de no intuirle un final cercano a esta situación, la
nostalgia de no ver a tanta gente a la que echo en falta, la tristeza
de llevar 11 meses sin tocar a mis padres, la preocupación por el
futuro incierto, la alegría de tener trabajo, el agotamiento de
tener tanto trabajo, la risa de los memes absurdos, las noticias
inverosímiles, el dolor intenso de mis piernas, la emoción por
tener ropa que estrenar en el armario, la necesidad de tatuarme todo
el cuerpo, la rabia de odiar a tanta gente irresponsable, la
necesidad de dar todos los abrazos que me pide el cuerpo y pesan,
pesan, pesan. Que me muero de amor a ratitos con mis niños
preciosos, y me tengo que conformar con, quizá rozarles un brazo. La
piel, como en la adolescencia. Las ojeras y las arrugas en los ojos,
cada vez más marcadas. El corazón, vulnerable. El escudo. La
mascarilla. El gel. La vida. Esta vida. Esta sensibilidad. Estos
estímulos que me matan. Estos estímulos que me dan la vida. Esta
vida. ¿Y esto es vida?</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"> Respiro
profundamente. Contengo las lágrimas. Me acuerdo del vídeo y la
palmera. Y me río. (si queréis, os lo paso). Vuelvo a respirar. Ya
no lloro. Pero lloraré mañana, o pasado, y me reiré como una loca,
y me desesperaré y tendré esperanza. Porque la vida es esto y lo
contrario. Porque no hemos podido elegir. Y si tengo que seguir
llorando por episodios ñoños de series absurdas, seguro que habrá
chistes que compensarán las lágrimas. Que no se rompa el cordoncito
que sujeta mi cordura. O que se rompa. Yo qué sé. Ya encontraré
otro con el que atarla en corto. O no. Y respiro profundamente,
respiro, respiro… Y sonrío. Sonrío siempre, también debajo de la
puñetera mascarilla, porque, amigos, cualquier otra opción es peor.
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">MAYA</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;"><br />
</span></p>
<p style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: medium;">PD- Y en medio de
esta confusión mía decido, de pronto, que necesito escribir, y
vomito estas palabras sin meditarlas, sin corregirlas, porque salen
del alma. Son para mí y, sin embargo, supongo que son para vosotros.
Ay, qué vida...</span></p>Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-36716444705049806902020-04-10T13:49:00.003+02:002020-04-10T16:50:36.668+02:00ADORNOS EN FORMA DE TINTA.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Soy de naturaleza caprichosa, de carácter antojadizo y una de las personas más presumidas que conozco. Ahora que estamos avocados a malos (muy malos) tiempos económicos, me avergüenza un tanto pensar en la cantidad de dinero que he gastado en ropa, zapatos, complementos... No pude evitarlo. Jamás he gastado por encima de mis posibilidades, y junto con el teatro, la tontería de adornarme un poco, es lo que más me caracteriza. Lo de ser una Barbie, o una Bradshaw, depende de quién me lo llame, lo llevo con orgullo, y, como digo siempre, ya soy muy mayor para cambiar ciertas cosas, sobre todo si me hacen feliz... Y la realidad es que cuidarme un poco, me alegra. Estos días me seguís viendo arreglada, peinada e incluso un poquito maquillada, y con mis labios eternamente rojos si hay vídeo llamada de por medio, así que, sí, tiene pinta de que la Barbie hispana no se marchará nunca.</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Entre todas estas superficialidades que me adornan y me definen, hay dos que es fácil asociar conmigo. Una es mi pelo, esta melena que me ha regalado la naturaleza y que, cuando acabe esta cuarentena parecerá la de Mónica Naranjo, pero con la división rubio-moreno en horizontal, y la otra son mis tattoos...</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Empecé a tatuarme con 20 años. Era joven e imbécil, como lo somos casi todos con 20 años, y elegí un diseño de una carpeta y un tatuador al azar. Como podéis imaginar, aquello fue un error a la larga, pero durante un tiempo aquella pequeña luna espantosa y sonriente me hizo muy feliz. Recuerdo a aquel noviete de la universidad, hijo de militar y tan facha que llevaba mi foto junto con la de Franco en la cartera (sí, amigos, porque todos tenemos un pasado del que avergonzarnos) que le decía a sus amigos que salía con una chica de izquierdas y tatuada, y yo me moría de orgullo...</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Pasaron unos años, otros novios, otras circunstancias, y los tattoos quedaron un poco en el olvido. Pero, de pronto, mi vida se fue al traste. Me quedé, al mismo tiempo, con apenas 24 horas de diferencia, sin un trabajo que me había hecho muy feliz y sin un novio que me había hecho bastante infeliz. Unos días después acompañé a una amiga que iba a tatuarse. Pedí cita para mí, sin meditarlo mucho, y me hice un pequeño tatuaje en un tobillo, un jeroglífico egipcio que, supuestamente, significa LIBERTAD. Nunca he estado muy segura de si ese significado es real, pero dos de los símbolos son el viento y el sol, así que, lo di por bueno, y me sentí muy satisfecha de marcar mi cuerpo con lo positivo de una situación vital que era justo lo contrario.</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Y justo ahí, queridas amigas y amigos, empieza verdaderamente mi historia de amor con la tinta... En estos últimos 10 años de mi vida, he llenado mi cuerpo de emociones y de vivencias en forma de tatuajes. Son pequeñas obras de arte que me recuerdan momentos esenciales, me motivan, me identifican de forma única y, sobre todo y fundamentalmente,- y si has llegado hasta aquí, querida lectora o lector, ahora viene lo importante-, repito, FUNDAMENTALMENTE, me unen de por vida a unas cuantas personas esenciales e imprescindibles, con las que no comparto sangre, pero comparto tinta.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>El otro día, mientras me duchaba y veía todas esas marcas en mi piel, me dio por pensar que jamás creí posible llorar de emoción al mirarlos, porque, en estos días de tantísima soledad, esa tinta me recuerda a las personas que comparten esos diseños conmigo, algunos de forma literal, otros porque me prestaron diseños que al final no utilizaron, otros porque lo diseñaron para mí, otros porque los inspiraron... Y doy gracias porque esas personas me consideraron tan importante como para llevar en su piel algo que les recordará a mí siempre, del mismo modo que me pasa a mí. Y en este horror de situación que estamos viviendo, creo que sentirnos amados es lo que nos salva de la locura. Aún estamos lejos del final, pero más cerca que hace cuatro semanas (CUATRO SEMANAS YA...), y no sabemos lo que nos espera. Va a ser muy difícil, aún no sé cómo podremos volver a una frágil normalidad, ni si nos podremos apañar económicamente. Lo que sí sé, y mis tattoos se encargan de recordármelo, es que hay AMOR en mi vida, hay gente dispuesta a luchar a mi lado, del mismo modo que yo estaré siempre al suyo, y que, juntos, JUNTOS, todo será un poquito más fácil.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Así que, queridas y queridos, tanto si compartís conmigo un poquito de tinta como si no, espero que sepáis que estoy a vuestro lado. Me queda mucho cuerpo libre, por cierto, y siempre estoy abierta a nuevas incorporaciones, así que, y a pesar de que pensé que con mis RED LIPS remataba mi lista de adornos corporales, quizá cuando todo esto acabe, deberíamos pensar en algo que quizá nos una un poco más...</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>MAYA</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>PD- En mi corazón caben muchas personas, creo que lo sabéis, pero, por motivos obvios, este texto va dedicado a mis compis de tinta: Anto, Vane, Laura, César, Ber, Lorena, Charo, Amparo, Kris... Ah, y por supuesto, a Juan y María, que llevan 20 haciendo mis pequeños sueños de tinta realidad, y que ya son amigos y familia.</i></span></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-86961546971105383222020-03-18T20:15:00.000+01:002020-03-19T01:09:03.259+01:00El amor en tiempos del coronavirus<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Hace unos días utilicé este amago de absurdo homenaje a mi novela favorita de García Márquez para hacer una broma acerca de una tontería de Instagram. Sin embargo, lo que no pretendía más que ser una bobada divertida, se instaló en mi cabeza a modo de mantra y no puedo dejar de pensar en ello.</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Cinco días llevo en este confinamiento necesario. Cinco, sólo cinco de los, me temo, muchos que se nos avecinan. Cinco días sin más contacto directo con nadie más que con mi vecina, de ventana a ventana, cuando salimos a aplaudir a las 8, y 5 minutos hablando desde la misma ventana con una amiga que volvía hacia su casa el domingo, tras un acto de solidaridad. 10 minutos de interacción social en 5 días. Y sí, yo disfruto de mi soledad más que nadie que conozco. Llega el fin de semana y soy feliz de encerrarme un par de días, sin necesidad de nadie más que de mí misma, mis libros, mis series. Y cuando se planteaba una hipotética situación como ésta (no como ésta, vive Dios, porque nadie esperaba algo tan dramático como esto...), yo pensaba, aparte de en la precaria situación económica en la que me dejaría, en la bonanza y la tranquilidad de pasar días y días dedicada a mí misma y a mis aficiones caseras.</i></span></div>
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<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Aquí estamos. Cinco días, cinco, y ya soñando con salir mañana al súper, porque necesito unas cosillas. Fantaseando, incluso, con qué ponerme, después de 5 días de sudaderas. Eligiendo el color de mi barra de labios (rojo, por supuesto, pero qué tono exacto...). Pensando que voy a ir por el otro lado de la manzana, para caminar 200 metros más. Deseando, si hay suerte, que la cajera tan encantadora que suele llamarme "la del pelazo", me cobre, si es que está trabajando, y ver una sonrisa amiga.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Cinco días, sólo cinco, y me siento un poco sola, creo que por primera vez en mi vida. Y claro, es que hay algo completamente obvio que marca la diferencia con respecto a cuando me encierro por voluntad propia, y que no había valorado. De lunes a viernes yo estoy rodeada de gente, y no gente cualquiera, sino de mis alumnos, en mis clases de la academia o particulares, seres humanos magníficos de todas las edades, que comparten su alegría y su vida a ratitos conmigo. Mis encierros voluntarios son pausas entre días de risas, de complicidad, de historias, de enseñanza, de aprendizaje. De anécdotas con my lovely Brisish compis. De charletas sobre series, pelis, cotilleos. De carcajadas con los pequeñajos. Y llega el viernes y me puedo permitir el lujo de elegir entre seguir acumulando amor, viendo a mi familia y a mis amigos, o quedarme en casa disfrutando del silencio.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Y de pronto, me veo privada de todo ese amor presencial, y me encuentro llorando inconsolablemente mientras veo un vídeo de Gary Barlow y Ronan Keating cantando a duo "Baby, can I hold you", una canción que yo canto constantemente (mucho peor que ellos), y pienso que, por primera vez en mi vida, la soledad se me queda un poco grande, y que nunca antes había deseado tanto un abrazo, que no está nada claro de cuándo llegará...</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Y siento que el amor en los tiempos del coronavirus hay que vivirlo de otra manera, y que a mí me falta un poquito de práctica. Y que ahora contesto a todos los whatsapp, incluso a los memes idiotas, que en muchos grupos nos damos los buenos días para preguntarnos cómo estamos y me resulta precioso. Que cada vez que me llega un audio o un vídeo de mis pequeñajos, lloro como una boba. Que hace dos días experimenté por primera vez con Zoom con mi compi para poder hacer videoconferencias con mis chicos, y que estoy deseando probarlo. Que ayer hice dos videollamadas por whatsapp porque necesitaba ver caras queridas. Que no tengo tiempo ni de leer ni de ver apenas series, porque estoy feliz de corregir todo lo que me mandan mis chicos. Que en cuanto me descuido, se me llenan los ojos de lágrimas, a veces por el miedo o la incertidumbre, y otras muchas de emoción de puro cariño y de agradecimiento por tantas muestras de humanidad como ciudadanos. Ahora mismo, que acabo de salir a la ventana, mi famosa ventana, al aplauso para la Sanidad, justo debajo, a una mujer mayor se le ha roto el trolley en el que traía la compra y todo se ha desparramado por el suelo. Las dos mujeres que venían detrás, ni lo han dudado, y ni distancia de seguridad ni nada, porque si en algún momento merece la pena saltársela, es por echarle una mano a alguien....</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Y este amor en los tiempos del coronavirus (todo el texto a punto de poner "cólera") es lo que nos va a salvar, no sé si la vida, pero sí la cordura. Así que practicadlo. Escribios, llamaos, mandad fotos, vídeos, o lo que os dé la gana, pero no dejéis que nadie se sienta solo o falto de amor. Esto va a ser largo. Cuento con vosotros. Contad conmigo.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>Rebeca </i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><i>PD- Hoy, de pronto, necesité escribir. Me da tristeza haber vuelto al blog por esto, pero, eh, he vuelto. Intentaré, lo prometo, que Maya sonría y escriba en estos días. Ojalá os apetezca seguir leyendo.</i></span></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-17032222563406666732018-08-07T20:33:00.001+02:002018-08-08T00:32:51.924+02:00La sencillez de las palabras.<div style="text-align: justify;">
Habréis leído por ahí alguna vez que las palabras más difíciles de decir son "Te quiero" y "Lo siento". Entiendo que en las experiencias personales de cada cual esto podría ser cierto, pero os contaré que tengo la suerte de estar rodeada de personas magníficas y no he sentido jamás que ninguna de ellas, empezando por mí misma, haya tenido ni un mínimo conflicto para pronunciarlas.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vengo de unos días muy extraños. No está siendo el verano que esperaba y que tanto necesitaba; un verano de descanso, de propósitos, de tareas pendientes, de reflexión, de escritura. En su lugar, me encuentro sumergida en unos meses de disgustos, de problemas, de ruido interminable, de falta de sueño, de frustración, de irritabilidad. Yo propuse y la vida dispuso lo que le dio la real gana, y aquí estoy, campeando el temporal como buenamente soy capaz. Tranquilos, éste no es un post de tristeza infinita y de quejas al viento. Aguantad leyendo un poquito más.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
TE QUIERO. Dos palabras que tengo la suerte de escuchar y leer constantemente. TE QUIERO. Porque mi gente es verbalmente explícita y nunca jugamos a dejar adivinar. TE QUIERO. Porque jamás dejamos la más mínima duda acerca de nuestros sentimientos. TE QUIERO. Porque también enseñamos a los peques de nuestro entorno a verbalizarlas constantemente y a darles el valor que tienen. TE QUIERO. Porque no creemos que las palabras desgasten el sentimiento. Todo lo contrario. Lo intensifican. Lo magnifican. Lo hacen aún más real. NOS QUEREMOS.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y a pesar de todo este amor empalagoso y pegajoso que me rodea, lo que más escucho estos días es LO SIENTO. No, nadie me ha herido, ni ofendido, ni ignorado, ni maltratado nuestra relación. LO SIENTO. Porque en mi entorno son palabras que se dicen cuando pensamos que estamos gravando al otro. LO SIENTO. Porque nuestros lazos son tan fuertes que no soportamos la idea de que algo que hayamos hecho o dicho haya podido afectar de alguna manera al otro. LO SIENTO. Porque no nos pesan estas palabras, sino que nos importan y nos enriquecen. LO SIENTO. Porque estoy siendo depositaria de confidencias y tristezas ajenas y, aunque sé que es uno de los roles que he de desarrollar en esta vida que me ha tocado, los que me quieren se disculpan por ese peso que depositan en mí.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y esta mañana he recibido un LO SIENTO inesperado y sorprendente, no merecido, emocionante y emocionado. He aquí la historia.</div>
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<br /></div>
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Hace tres o cuatro años que coloco mi toalla en el mismo lugar en la piscina. Cerca de mí siempre coloca la suya la misma mujer, de la edad de mi madre, quizá algo mayor. No somos amigas. Apenas tenemos información la una de la otra. El nombre, alguna generalidad, nuestro amor por la lectura y por el agua fría. Poco más. Nunca ha sido necesario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como os contaba al principio de estas líneas, el verano se ha ido torciendo según han ido pasando los días, y si al principio del mismo cruzábamos algunas frases en el par de horas que compartimos cada mañana, con el paso de las semanas y la carga de tristeza, malhumor y cansancio que he ido acumulando, esa interactuación ha quedado reducida al "Buenos días" al llegar y "Hasta mañana" al marcharnos. Como entenderéis, soy yo quién busca el silencio. Intento relajarme y buscar una paz que ya no tengo en casa, y la mínima conversación a nivel meramente social, me supone un esfuerzo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así ha ido pasando todo un mes, con días mejores y peores, y hoy he vivido una situación impactante. Es bonito saber que, a pesar de todo, la gente aún puede sorprenderme y para bien. Paseaba yo alrededor de la piscina, porque no me apetecía estar tumbada, cuando he oído que me chistaban desde el agua. Era ella, que claramente no se acordaba de mi nombre. Ha dejado su baño y ha salido a decirme: "No quiero perderte. Perdóname si te he ofendido en algo. Lo siento mucho. Se que soy una cotorra y a lo mejor te he aburrido. Y te doy los "Buenos días" cada mañana para que sepas que estoy aquí. Hoy quería presentarte a mi hija y no me he atrevido. Pero lo siento. Yo creo que te he molestado y no quiero que dejemos de hablarnos porque, aunque no somos amigas, me agradas mucho y esto me da mucha pena..."</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Muerta, amigos, me he quedado muerta y ojiplática. Lo primero, porque si alguien tenía que disculparse era yo, y así lo he hecho, por imponer una ley del silencio por la que debería haberle dado, aunque fuera, una pequeña explicación. Lo segundo que le he dicho es que es una persona muy valiente, porque, incluso estando yo acostumbrada a estas emociones verbales, me ha parecido increíblemente sorprendente que una persona con la que no tengo ninguna intimidad, superara el pudor de decirle "No te vayas de mi vida" a su compañera de toalla piscinera. Se me han llenado los ojos de lágrimas y le he explicado sin muchos detalles el porqué de mi silencio, que ella ha prometido respetar, una vez comprendido, y yo la sentía grandiosa y auténtica, en su cuerpo menudo, en bikini y con gorro de baño, abriendo su corazón a una persona a la que ve un par de meses al año y que, a ratos, le ayuda con sus dudas tecnológicas o le aconseja lecturas.</div>
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<br /></div>
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Y ahora aquí, sentada casi a oscuras, se me ocurre un mantra que repetir cuando el ratito sea malo; "Vida, estás siendo un poquito hija de puta en lo que respecta a muchas cosas, pero cuando se trata de elegirme a la gente que me rodea, hay que ver qué poquito te equivocas..."</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
MAYA</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nota- La RAE no admite el uso del adjetivo "ojiplático", pero me da igual, porque me encanta, es visual y perfecto, y si ellos asumen el uso de "amigovio", yo voy a usar "ojiplático" cuando me dé la gana...</div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-78614698478017265332018-07-22T16:38:00.002+02:002018-07-22T19:30:11.503+02:00De musas, heroínas y mujeres.<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Llevo meses intentando encontrar una idea para volver a
escribir, y, no os voy a mentir, está siendo harto complicado. Al tiempo que he
logrado darle una paz y un equilibrio a mis días, algo que me era fundamental,
las musas se me han escapado y no soy capaz de sacarlas de su escondite. Quizá
les di tan mala vida y estaban tan hartas de dramas y tragedias, que no quieren
saber más de mí. Y, ¿cómo explicarles que deseo profundamente escribir sobre
cosas bellas, que ansío hacer sonreír y no llorar, que tengo tanto que decir
sobre tantas cosas, en resumen, que LAS NECESITO?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hace un par de semanas vi una pintada en la pared del Teatro
Pavón, que recordé hace un par de días. “No nacimos para musas, sino para
artistas”. Vivimos en una época en la que el FEMINISMO por fin está tomando el
lugar que merecía, el que debíamos darle. Nunca me había considerado feminista,
supongo que porque nunca me paré a pensar en lo que en realidad significaba
serlo. Tengo la gran suerte de haber sido educada por un padre que siempre me
hizo sentir que podía llegar a ser y tener lo que yo deseara de la vida,
independientemente de mi género, y por eso nunca me sentí diferente, ni
teniendo que luchar por unos derechos de los que me sentía dueña y señora. Qué
equivocada estaba… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Soy una privilegiada. En mi pequeño mundo utópico me he
sentido IGUAL que cualquier hombre. Respetada y respaldada en mis decisiones
personales, valorada en mi trabajo (argentino loco aparte) y formando parte de
un círculo en que no parecía un debate necesario. Y lo era, ahora lo sé.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">No sabría concretar el momento de mi despertar, el momento
en el que me di cuenta de que los hombres lo tienen casi todo más fácil (es una generalización que quizá no es justa, lo asumo), y que hemos
normalizado situaciones de acoso, de machismo y de superioridad de género como
algo socialmente aceptable. Fuera cual fuera ese momento, lo cierto es que
sucedió y ahora respiro la consciencia de la lucha necesaria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">¿A dónde voy con todo esto? Porque yo no quería hablarnos de
feminismo. Yo venía a hablaros de MUSAS. Porque sí, yo no necesito ser la musa
de nadie, y de hecho no lo soy, pero no puedo negar que vivo rodeada de musas
que no sé si me inspiran a escribir, pero de lo que no cabe duda es que me
inspiran a VIVIR.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Echad un vistazo a vuestro alrededor, da igual que seáis
hombres y mujeres, y descubriréis que estáis rodeados de heroínas. Empecemos. Todos
tenemos una madre. Las madres son las primeras heroínas con las que tenemos contacto.
Nos cuidan, nos educan y nos lanzan al mundo con más o menos fortuna. Sufren
nuestro sufrimiento y nos regalan su existencia para siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">¿Qué me decís de esas mujeres que pierden un hijo? El
destino puede ser tan cruel como para quitarle a una mujer lo más importante de
su vida. Da igual la edad de ese hijo. Si se va antes que su madre, la vida se
parte. ¿Y esa madre que perdió a su princesa con trece añitos y que se ha
dejado crecer el pelo para donarlo a enfermos que lo pierden, como aquella, su
princesa? Esa mujer es una DIOSA, amigos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">También conozco a una heroína rechazada por su madre. No me
puedo imaginar ese dolor, pero, en fin, entiendo que no todas las mujeres
tienen por qué ser las reinas del cuento, y a algunas les toca ser las brujas.
Y, ¿se sobrevive sin el amor de una madre? Lo hacen. Sólo hay que ser
consciente de que, a veces, el amor de la familia que uno encuentra a lo largo
de ese camino que recorremos cada día, puede ser tan fuerte o más que el que
nos ata a los que comparten nuestro apellido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay mujeres maltratadas, que tienen que rehacer su vida y la
de sus hijos después de que un bastardo les rompiera la existencia. Y eso si
tienen la suerte de conservarla… Empiezan de cero, renacen, no de sus cenizas,
sino de la mierda en la que vivieron, y son capaces de sobreponerse al infierno
y volver a sentir que son personas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Y tenemos a las mujeres con una carrera profesional y una
familia, esas que no tienen la suerte de tener una pareja que entienda que a
las tareas domésticas no se les ayuda, sino que son de dos y se comparten, como el cuidado
y la educación de los hijos, y a las que no les queda más remedio que hacer
contorsionismos con su tiempo, sacrificando, con gusto o a su pesar, quizá una carrera más
brillante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">O esas mujeres que, en estos tiempos precarios, se hacen
cargo de sus nietos, de sus mayores y de lo que haga falta, y sin perder la
sonrisa y la fuerza, siendo madres, hijas, hermanas, amigas. Siendo MUJERES.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">O las que han de cargar a su espalda con todos los problemas de su familia, tirando de un carro que no les corresponde, ejerciendo de madres en su propio círculo, pagando deudas que no son suyas, viviendo alerta al siguiente bache que otro encontrará y del que ellas lo levantarán del suelo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">¿Cuántos ejemplos de mujeres inspiradoras podéis darme
vosotros? Seguramente muchos más de los que a mí se me ocurran. He dejado una
más para el final, la mujer que me ha “obligado” a sentarme delante del
ordenador y volver a escribir, y un ejemplo de todo lo que me inspira y que
provoca la más profunda admiración. Alguien que acaba de ser consciente de que
la vida se le escapa, y ha decidido disfrutar cada segundo como un regalo, como
quién se prepara, con ilusión, para el más grande viaje de su vida (y son sus
palabras). Alguien que me regala conversaciones de corazón a corazón, consejos
y lecciones de vida. Alguien que, pudiendo desmoronarse, ha elegido la
dignidad, la paz y la alegría como compañeras de viaje. Alguien por quién no te
queda más remedio que sonreír, cuando lo que parecería lógico<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es llorar. Alguien a quién no soy capaz de
expresarle cómo voy a echar de menos, pero a quién pienso despedir con la sonrisa
y alegría que ella demanda y merece, porque vive y vivirá para siempre en mi
corazón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">No sé si ésta es la vuelta que esperabais cuando me pedíais
que retomara el blog, pero es lo que he sentido que debía escribir. No hay
poesía ni grandes reflexiones profundas, sólo verdad. Una verdad que vivo y que
me hace fuerte, por tener la suerte de compartir mi tiempo y mi alma con personas
que me muestran su fortaleza y sus ganas. Disfrutad de vuestras MUSAS, que
todos las tenéis. Otro día hablamos de HÉROES, que por supuesto, también los
tengo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">MAYA.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">PD- Éste es mi homenaje a ti, Mar, AMIGA, porque me pediste
que volviera a escribir. Lo del libro va a ser mucho más difícil, aunque no
quiero descartarlo. De momento, vamos a ver si consigo darle alegría al blog.
TE QUIERO. MUCHO. MUCHO. MUCHÍSIMO.</span><o:p></o:p></div>
<br />Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-22805366174133140942016-04-24T20:55:00.005+02:002016-04-24T22:44:27.539+02:00AHORA O NUNCA<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Miraba la pantalla de su móvil, impaciente. Simulaba navegar
por internet, o mantener una conversación por whatsapp, pero en realidad tan
sólo estaba pendiente de la hora. 14.16. En un par de minutos estaría allí,
tres, a lo sumo, pero todos sabemos que hay minutos mucho más largos que otros… </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Desde hace tres semanas, 19 días, ciñéndose al calendario,
se sentaba en el mismo banco esperando su llegada. No, no era cierto. El primer
día, aquel viernes que marcó el principio de todo, estaba sentado dos bancos a
la derecha, exactamente frente al árbol bajo el que ella se situó. Cuando, al
lunes siguiente, se dirigió al parque con la esperanza de que volviera a
aparecer, le pareció que sería mejor observarla desde una posición más
discreta, y se desplazó un par de bancos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Había llegado, aquel primer día, como lo había hecho todos
los posteriores – excepto aquel en que cayó una tromba de agua, y a pesar de
todo él decidió no faltar a la cita implícita, por si acaso – caminando sin
prisa, escuchando música a través de unos cascos escondidos entre su pelo
rubio, y leyendo a la vez. Llevaba un bolso de enormes proporciones del que sacó,
cual Mary Poppins, una gigantesca manta de colores que colocó bajo un árbol, dejando tan
sólo una mitad bajo la sombra de su copa, y como cada día, se sentó dejando al
sol sus piernas después de haber descalzado sus pies. Pasó allí unos cuarenta
minutos, durante los cuales comió un par de sándwiches, que en días posteriores
fueron alternados con ensaladas, piezas de fruta y algún que otro donuts, y
leyó sin quitarse los cascos, para finalmente calzarse, devolver al bolso la
manta, y deshacer sus pasos caminando por donde había llegado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Era guapa, pero no con ese tipo de belleza que hace que un
hombre se gire. No había voluptuosidad ni escándalo en sus formas, ni una forma
de vestir llamativa, ni apenas maquillaje. Pero sí, era guapa. Tenía una bonita
sonrisa, una mirada divertida y luminosa y un pelo muy brillante.
Definitivamente, era guapa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Él no se consideraba una persona solitaria, y sin embargo
disfrutaba de la soledad. No llevaba más de un par de meses trabajando en
aquella oficina y apenas había contado nada de sí mismo. Le costaba esquivar
las preguntas a la hora de comida, en la sala común, y por eso tomó la decisión
de empezar a comer fuera cuando el tiempo empezó a ser agradablemente soleado.
Tenía una hora para comer y ese primer día comprobó que el paseo hasta el
parque no eran más de 10 minutos. La chica de los cascos apareció durante su
quinto día allí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> No estaba muy seguro de qué le llamaba tanto la atención de
ella. Aquel viernes, al verla llegar, le divirtió, sobre todo, la parafernalia
de montaje bajo el árbol. Dejó el libro a su lado mientras comía y retomó la
lectura al acabar, tumbándose por completo sobre la manta. Tenía un tatuaje en
el tobillo derecho, pero no alcanzó a ver de qué se trataba. Unos días
después, al pasar junto a él, pudo comprobar que se trataba de un sol.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Parecía tan cómoda en su soledad como él. Le encantaban las
personas independientes, y sobre todo, le gustaba pensar que, al menos, ya existía
algo que tenían en común: la pasión por la lectura. A diferencia de él, que ya
no concebía su vida sin la Tablet, guardián de todas sus filias, ella seguía
fiel al papel. Había visto como cambiaba de libro cada dos o tres días, lo que
le hacía suponer que era ávida lectora, como él, y aunque no siempre era capaz
de adivinar el título, le parecía, por las portadas, que variaba de registro en
cada lectura. El día anterior llevaba consigo “Sarna con gusto”, y él no pudo
por menos que considerarlo una señal, ya que era una de sus más recientes y
disfrutadas novelas. Era la excusa perfecta, aún extremadamente manida, para acercarse a
ella. Tenía el presentimiento de que empezar una conversación era lo único que
necesitaba, que ella sentiría la conexión, sin más, como la había sentido él.
De hecho, tenía la sensación de que él también era observado, de que sus
miradas no se habían cruzado más de una vez por azar. Fuera como fuese, el día había llegado. Era
ahora o nunca. Nada que perder, sino un banco en el parque, si fracasaba en su
intento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Observó cómo extendía su manta un día más, y se descalzaba
sentándose sobre ella. Decidió esperar a que acabara con su, ese día, ensalada
de fruta, y retomara su libro, que afortunadamente, aún no había terminado de
leer, antes de acercarse. Él no había llevado nada que comer. Cuando estaba
nervioso la comida no le sentaba bien, y no quería correr riesgos. Le sudaban
las manos. Tenía preparado en su Tablet el archivo del libro, para que ella
pudiera comprobar que, de verdad, él también lo había leído, y esperaba, tenso, el momento de moverse. Finalmente, ella comenzó a recoger el tupper y los cubiertos,
limpiándose las manos antes de coger el libro y él se levantó para recorrer
los, más o menos, 50 metros, que le separaban de ella. A mitad de camino se dio
cuenta de que, campo a través, se aproximaba un chico que se arrodilló tras
ella y, quitándole el auricular del oído derecho, le susurró unas palabras al
oído. No pudo oír lo que él decía, pero estaba lo suficientemente cerca para
leer los labios de ella, que, sonriendo le dijo “Eres muy tonto, pero te
quiero…”.Y se echó a reír… Cuando se alejó, se dio cuenta de que, aquel día, no
llevaba su bolso habitual, sino una mochila idéntica a la suya…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> ________________________</span></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Comenzó a ir a comer al parque el año anterior. No le daba
tiempo a llegar a casa y volver, y su sueldo no le permitía hacerlo en restaurantes,
a no ser que fuesen de comida rápida, así que le pareció la mejor opción.
Resultó ser una gran idea, y aprovechaba ese tiempo para intentar dorar un poco
la palidez de sus piernas, además de continuar con la lectura de cual fuera la
novela que tuviera entre manos en aquel momento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Se percató de que aquel chico no perdía detalle de lo que hacía el primer día que coincidieron. No es que fuera muy disimulado,
tampoco, pero lo cierto es que a ella no le importó demasiado. Parecía
inofensivo, aunque, sólo con un vistazo, nunca se sabe. Al día siguiente él
había cambiado de banco cuando ella llegó, y le pareció que sería más fácil
intercambiar miradas a escondidas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> No era exactamente guapo, en realidad. Tenía unos ojos muy
bonitos, eso sí, y llevaba el pelo más largo por delante, así que, si corría
algo de viento, le caía sobre la frente y hacía un gesto muy gracioso
soplándolo para quitárselo de encima. Tenía aspecto de buena persona. No habría
sabido decir por qué, pero lo tenía, y llevaba siempre su Tablet con él, así
que suponía que leía, ya que no llevaba cascos, y no hubiera tenido sentido,
sin ellos, ver alguna serie u oír música. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> No le incomodaba su mirada. Le parecía más curiosa que
intimidante, como si estuviera intentado conocerla sólo mirándola. Se convirtió
en una persona familiar con el paso de los días, y le parecía que hasta le
sonreía cuando al llegar, pasaba junto a su banco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Cuando llegó aquel día, él no estaba comiendo, lo que le
resultó curioso, pues siempre sucedía de ese modo. Quizá había llegado antes
que otras veces… Desdobló su manta y se dispuso a comer su ensalada de fruta.
Qué feliz le hacían momentos tan tontos como ese… Concentraba, como estaba,
mientras recogía sus cosas, no se dio cuenta de que él se levantaba. Justo en
ese instante, alguien se le acercó por detrás, y, quitándole el auricular de la oreja le susurró:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">-<span style="font-stretch: normal;"> -</span><!--[endif]-->¿Hoy es el día en que te lanzas a hablar con tu
amor del parque, compi de despacho?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">-<span style="font-stretch: normal;"> - </span>Eres muy tonto pero te quiero… Jajaja. Sí, ayer
me di cuenta de que tenemos la misma mochila y la he traído para tener una
excusa con la que acercarme a él…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Cuando dirigió la mirada hacia el banco vio que ya no se
encontraba allí. Lo vio alejándose hacia la salida del parque. Nunca más volvió
a verlo. Nunca supo por qué.</span><o:p></o:p><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> _____________________</span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Para Carlos, que opina (equivocadamente) que escribo mejor que nadie. Para Mon, que no deja de insistir para que siga escribiendo, "porque todo lo mío es publicable". Para todos los que me leéis, porque, de verdad, me hacéis sentir mucho orgullo. Un primer relato, para mi, es un gran paso.</span></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-8046303071134117042016-04-16T22:16:00.001+02:002016-04-17T19:28:09.465+02:00El corazón del barrio<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><span style="text-align: start;">Casi todos los edificios de mi calle han sido rehabilitados a lo largo de los años. Son construcciones bonitas y armónicas, con pequeños balcones de forja y no más de cuatro alturas. Sin embargo, a tan sólo</span> unos metros de mi casa, justo a la vuelta de la esquina, sobrevive un edificio sin reformar. En su bajo, hay un taller de zapatería, uno de esos diminutos locales que huelen a cuero y
a cola de pegar, y en los que se amontona calzado al que poner tapas,
medias suelas y otro sinfín de pequeñas reparaciones que prolongan su vida.
Apenas quedan talleres así, y mucho menos en el centro de la ciudad, pero éste
ha sobrevivido y tiene una amplia y fiel clientela.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> El zapatero es un hombre anciano, octogenario,
probablemente, y al que le falta la pierna derecha. Supongo que, ya en su
madurez, decidió que no merecía la pena intentarlo con las prótesis, y lleva, a
la antigua usanza, la pernera derecha del pantalón cosida justo por debajo del
muñón. Los años le pesan, y las muletas que, seguramente en otro tiempo eran un
apéndice más de su cuerpo, ahora lo mueven de forma lenta y torpe… Sin embargo,
sentado en su pequeño taller, es un auténtico mago. Las reparaciones más
inverosímiles tienen lugar entre sus manos, y por un precio tan pasado de moda
como su negocio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> A su lado, siempre, su esposa (su amante, su amiga…), una
mujer amabilísima con sonrisa perenne, una abuela de cuento, de pelo corto
ensortijado y gafas enormes de gruesos cristales. Casi siempre está de pie, en
medio del pequeñísimo espacio que queda libre entre su marido y las estanterías
donde se apilan los encargos pendientes. Apenas queda hueco para un cliente y
por ello, al entrar, yo suelo tener la sensación de que invado su privacidad.
La sonrisa de esa entrañable mujer hace que esa sensación desaparezca de
inmediato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Ella es, además de su eterna acompañante, su chófer. Conduce
un pequeño Citroen Saxo, del que emergen los dos con cierta dificultad por su
corpulencia. Si alguna vez veo otro coche en la plaza para discapacitados que
suelen ocupar, me ofende, porque siento que les han quitado su sitio, apenas a unos metros de su negocio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Todo en ellos me provoca ternura. Los imagino juntos, así,
como ahora, desde hace más de 50 años, sin saber si están siquiera casados. Los
imagino rodeados de hijos y nietos, ignorante de su vida más allá de la
zapatería. Los imagino felices, porque es lo que transmiten tras el cristal de
la vieja puerta del taller. A veces freno mis pasos un poco antes de llegar al
local y los observo un momento sin que me vean, y pienso que, aún convencida de
que la felicidad no tiene por qué llegar de la mano de una pareja, debe de ser hermoso
compartir todos tus recuerdos con alguien, llegar al ocaso de tu vida de la mano de la
misma persona que la ha sostenido siempre… Pienso que llevar ese pequeño
negocio les sigue dando vida y deseo, a pesar de lo improbable, que sigan
pudiendo hacerlo durante mucho tiempo. En una ciudad en la que, como en todas, las grandes superficies arañan clientes al comercio convencional por sus horarios y competitividad, quiero pensar que los auténticos corazones de los barrios, son locales como éste, porque sus dueños tienen allí su corazón...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> La semana pasada uno de mis alumnos me contó que había visto
una ambulancia bloqueando la calle, justo a la puerta del taller. Pasé por la puerta un rato después y vi el Saxo
aparcado de cualquier manera un poco más adelante. Desde entonces, la verja
está cerrada. No sé cuál de los dos enfermó, no sé qué ha pasado, pero cada
día, al girar la esquina, contengo un segundo la respiración esperando que,
quizá, hayan vuelto… No quiero perder la esperanza… Los grandes amores pueden
con todo. Quiero que el corazón de mi barrio siga latiendo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">MAYA.</span><o:p></o:p></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-82807823829422614552015-11-06T19:16:00.002+01:002015-11-06T19:16:45.801+01:00Constelaciones, o cómo encontrar AMOR en el teatro.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Yonqui del teatro. Así me llama una buena amiga. Teatrópata
es otro adjetivo inventado que me han regalado hace poco y que me encanta. La
realidad es que el amor por el teatro es algo que, no sólo me caracteriza, sino
que, desde hace un tiempo, me define mejor que cualquier otra de mis aficiones,
que por otra parte, están interrelacionadas entre sí (¿cómo entender el amor al
teatro sin el que siento por la literatura, por ejemplo?)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Como el resto de las cosas que amo, mi gusto por el teatro
es compulsivo. Hace años que mi presupuesto de ocio lo dedico prácticamente íntegro
a saltar de teatro en teatro, y organizo mis fines de semana en Madrid en
función de las obras y espectáculos que tengo en mente. Mis mínimos, casi
inexistentes, ingresos, no dan más de sí y renuncio a lo que haga falta para,
una vez al mes, empaparme de artes escénicas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Es fácil elegir bien entre la amplia oferta de la cartelera.
Las redes sociales juegan a mi favor, y las recomendaciones hacen que, la mayor
parte de las veces, vaya “a tiro hecho”. La hora y media o el par de horas que
paso dentro del teatro, se me olvida la vida, las penas, los problemas, las
inseguridades a miles que me asaltan desde hace tiempo, se me olvida ayer y
mañana, y sólo existe un texto y unos intérpretes sobre un escenario. El resto
de mí y de mi existencia, simplemente, desaparece.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> De cuando en cuando el universo confluye conmigo y con mi
corazón y sin poder explicarlo, una obra en cuestión me golpea, me sobrepasa,
se me clava en el alma y se me mete tan dentro que me hace preguntarme cómo he
logrado vivir sin ella hasta ese momento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Desde que el año pasado se estrenó Constelaciones, me vi
curiosamente obsesionada por ella, sin tener más información que su éxito a
nivel internacional, que la protagonizaba Inma Cuevas, cuya carrera sigo (y
admiro profundamente) desde hace años, y que tenía un título que parecía hecho para mí.
Compulsiones, ya os decía: pues las estrellas son una de ellas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Tardé más de un año en conseguir, por fin, ver la dichosa
función. Imaginaos tantos meses de expectativas crecientes, de hacerte ideas y
ensoñaciones y de evitar leer críticas y todo tipo de artículos para que no me
destriparan nada. Por fin, en julio, llegó el momento…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Ponerle palabras a lo que sentí aquella noche no es nada
sencillo. Para mí el teatro es magia. Aquella noche, volé. Me sentí fuera de
mí, como si flotara sobre el patio de butacas, como si no hubiera nadie más que
yo en el maravilloso Teatro Lara, y cada palabra que salía de la boca de los
dos imponentes actores fuera exclusivamente para mí, porque todo tenía sentido,
porque sentía dardos en el corazón, porque una parte de la historia me toca de
forma muy personal, porque hay estrellas tatuadas en mi cuerpo. Tuve un ataque
de ansiedad intentando evitar un llanto escandaloso…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Tener la oportunidad de charlar al finalizar la función con
Fran Calvo, protagonista de la misma, fue el colofón de una maravilla de velada
teatral. Su pasión por el texto, por su profesión, su sonrisa, su mirada de “creo
firmemente en la verdad de lo que hago” explica por qué es un intérprete tan
magnífico. Como le dije, el mejor piropo que le podía regalar, es que estaba al
nivel de Inma Cuevas (y los que la hayáis visto en escena, entenderéis que es
un piropazo). En ocasiones posteriores, he tenido la suerte de poder compartir, también con ella, mi pasión por su trabajo, y descubrir la encantadora persona que hay tras la actriz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Tras aquel día, he vuelto a ver Constelaciones dos veces más
y he leído el texto en su versión original. Hace tres semanas tuve la suerte de
ser espectadora de la función número 50. Lo que se creó allí aquella noche fue
INOLVIDABLE. Imaginaos una sala llena de personas dispuestas a enamorarse de
una obra y de unos intérpretes, un silencio respetuoso, tan sólo roto por las
risas o los sonidos de llantos contenidos, una energía tan increíble que
viajaba ida y vuelta entre actores y espectadores, que sentíamos aquella
historia como si nos perteneciera a todos y cada uno de nosotros. En esta
ocasión sí lloré. Lloré con la tranquilidad de la emoción, con lágrimas de
agradecimiento, con sonrisa de tristeza, con la certeza de saber que ese
recuerdo me acompañará siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> ¿Que qué es Constelaciones? Es una historia de mil historias, es
la consciencia de la fragilidad de la vida, es la sensación de que la risa y el
llanto a veces son inseparables, es la certeza de que hay palabras que otros
han escrito para ti, es la expresión teatral de la belleza más pura, es la constancia
de que aquí y ahora, sólo Fran Calvo e Inma Cuevas pueden ser Roland y
Marianne, y la seguridad de que, en mi corazón y en mi alma, esos personajes
siempre tendrán sus miradas limpias, sus sonrisas francas y llenas de ilusión,
y el amor a esa profesión a la que honran cada vez que se suben a un escenario.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Este no es un blog de crítica teatral, pero no puedo por
menos que recomendaros que vayáis a visitar los multiversos de Constelaciones
en los Teatros Luchana. Lo sé, lo sé, ya os lo he recomendado cientos de veces.
Ya sabéis, soy compulsiva…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">MAYA.</span><o:p></o:p></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-36089556906738438222015-07-06T21:10:00.001+02:002015-07-06T21:10:06.459+02:00El gran AMOR.<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> El AMOR PROPIO es un gran compañero. Es mucho menos popular
que su primo hermano, el AMOR, pero cuando aprendes a convivir con él te das
cuenta de que proporciona un sentimiento muy gratificante, que su pariente
cercano no siempre te regala.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> El amor tiene muchos efectos secundarios, alguno de los
cuales son francamente dolorosos, incluso cuando dicha pasión es correspondida.
Por no hablar, por supuesto, cuando ese amor es unidireccional… ( aunque he de
decir que soy muy fan de los amores platónicos, si uno sabe respetarlos como
tal ) Sin embargo, el amor propio no te falla nunca. Jamás es un error saber
respetarse y darse a valer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> No hay que tener miedo a quererse, incluso por encima de los
demás. La generosidad empieza por uno mismo, y no parece demasiado justo darle
al resto lo que no nos damos a nosotros. Es importante aprender a disfrutarse,
saber decir NO, entender que, a veces, anteponer nuestras necesidades a las de
otros, no es un gesto de egoísmo, sino de inteligencia emocional.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Cuando queremos a otros por encima de nosotros perdemos el
equilibrio, puesto que dejamos que sea ese otro el que cargue con el peso de
nuestro bienestar. Si esas personas fallan, el peso que soportan cae, y nuestra
felicidad se golpea contra el suelo ante la imposibilidad de sujetar su caída. Y
es importante ser consciente de que todo el mundo merece y tiene derecho a
fallar… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Amar y ser amado es maravilloso, pero DEPENDER no resulta
práctico. La responsabilidad de nuestra existencia debería ser sobre todo
nuestra. Con ello minimizaríamos la posibilidad de culpar a alguien ajeno de
nuestros fracasos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Y, ¿se puede compaginar ambos amores? ¿Es posible amar a
otros, que nos amen y, al mismo tiempo no perder la consciencia de nuestra
propia dignidad y autonomía? Yo creo que se puede. La magia se produce cuando
conseguimos rodearnos de espíritus afines, de personas que valoran nuestra
independencia, nuestra sinceridad y nuestra forma de querer, y que entienden
que, quizá, la calidad del amor no depende de la complacencia y de la
intensidad, sino de la pureza de los sentimientos que cada uno somos capaces de
despertar en nuestro entorno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> No os conforméis nunca con menos de lo que sois y lo que merecéis.
Que el amor que os regalen sea tan reconfortante como el que os dediquéis. Que
cuando alguno de vuestros amores os decepcione, tan sólo sintáis que habéis
perdido un peón, y no que se ha acabado la partida. Que la dignidad os acompañe
siempre y os haga sentir orgullosos de las personas que sois. Sed vuestro gran
amor y en algún momento la vida os recompensará y ese amor que proyectéis será
el imán para que os amen de alma a alma, de corazón a corazón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> MAYA.</span><o:p></o:p></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-88325739898730467952015-02-21T23:12:00.000+01:002020-05-07T14:04:24.638+02:00Os voy a contar un cuento...<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Abrió los ojos lentamente, intentando adaptarlos a la luz.
Sentía el agradable calor que la rodeaba cada día al despertarse. Era tan
feliz…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Qué lugar tan hermoso era aquel… Se levantó con cuidado y se
deslizó fuera de la cama, intentando no pisar las flores que cada día
encontraba a su alrededor. ¿Quién dejaría allí todas aquellas flores? ¿Y la
comida? Hacía días que había dejado de preguntárselo y tan sólo lo disfrutaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Se sentía perezosa aquella mañana y al mismo tiempo algo
nerviosa. Le parecía que había más flores que de costumbre y le costó mucho
esquivarlas. ¿Qué era ese mareo que sentía? Sin querer darle más importancia,
inspiró sonriendo el aroma de las flores y salió a pasear.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Cómo disfrutaba de su hogar… Era tan hermoso… No se le
ocurría ningún lugar donde pudiera sentirse tan segura como allí. La paz, la
música y la risa siempre le acompañaban, y los días se sucedían de forma
sencilla y natural.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Respiró profundamente y sonrió. De pronto un sonido
atronador rompió su maravilloso silencio. Asustada miró a su alrededor. Había
comenzado a llover. La lluvia caía con tanta fuerza que estaba destrozándolo
todo. La luz desaparecía rápidamente, y mientras la oscuridad se cernía sobre ella,
comenzó a llorar desesperada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Sin saber qué hacer, decidió empezar a correr. Corría sin
rumbo, adentrándose en el bosque que rodeaba su hogar. Nunca se había alejado
tanto, pero el miedo le obligaba a continuar. Desorientada, a lo lejos, vio una luz. Era
apenas un puntito brillante y la maleza dificultaba sus pasos, pero dejó que le
guiara.<o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Apenas era capaz de ver nada. La lluvia intensa cegaba sus ojos
y estaba tan cansada que sólo quería
rendirse, pero el puntito luminoso cada vez era más grande. Cuando por fin
llegó hasta él, comprobó que era un agujero. ¿Qué había al otro lado? Acertó a
sacar una mano por allí. ¡Hacía mucho frío! No quería salir, ¡no quería! Pero
miró hacia atrás. Ya no quedaba nada del lugar donde había sido tan feliz. ¿Por
qué estaba pasando todo aquello?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Aterrorizada, sintió como algo agarraba su brazo. El agujero
no era lo suficientemente grande, pero tiraron de ella hasta que consiguieron
sacarla. Hacía un frío terrible. No podía parar de llorar. Voló por los aires
sujetada por unas manos que no conocía. Estaba tan asustada… Sintió como le
limpiaban la cara y la tapaban con una manta. Por algún motivo que no era capaz
de entender, no podía abrir los ojos. La depositaron en otros brazos que
tampoco conocía y sin embargo, aquella voz… ¿Quién era? ¿Por qué le resultaba
tan familiar?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Y entonces, por fin, otra voz familiar, otros brazos. La
calma le iba llegando y lentamente dejó de llorar y de tener frío. El miedo se
alejaba y todo tuvo sentido cuando escuchó</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> "Alma, te estábamos esperando..."</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Éste es mi regalo de cumpleaños para mis queridos amigos Jose y Lorena. Me he perdido vuestra fiesta (maldito dolor...) Pensaba leéroslo en voz alta porque, en fin, quería contaros un cuento, pero ésta ha sido la única forma que se me ha ocurrido para hacéroslo llegar a pesar de mi ausencia.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-mXiuJouJ1cI/VOjp0oOI92I/AAAAAAAACto/rawM3T-JbyA/s1600/20150221_211707.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://4.bp.blogspot.com/-mXiuJouJ1cI/VOjp0oOI92I/AAAAAAAACto/rawM3T-JbyA/s1600/20150221_211707.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> Ojalá estuviera allí con vosotros. Espero que cada lágrima de rabia que he derramado hoy, se convierta en perlas de alegría el día que llegue Alma. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> OS QUIERO CON TODO MI CORAZÓN</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> REBECA</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-31736302234057519482015-02-17T15:53:00.000+01:002015-02-17T22:49:37.967+01:00La mala racha<div style="text-align: justify;">
"Vaya racha llevas..." se ha convertido en la frase que más escucho desde hace meses. Me lo dicen con cariño, la mayor parte de las veces, con simpatía, muchas otras con una gran intención de ánimo y algunas, afortunadamente las menos, con compasión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me horroriza la compasión. Cuando cuento la cantidad de absurdeces que me acontecen, la mayor parte relacionadas con mi penoso estado de salud, intento hacerlo siempre desde el humor, hablo de ello como quién cuenta lo que hizo durante el fin de semana o lo que comió el día anterior. Desde mi inactividad actual no hay demasiado que contar, más allá de mis visitas al teatro, mi adicción a las series de televisión, mi compulsividad en la lectura o mis achaques. Depende del momento en que se me pregunte, soy más proclive a hablar de un aspecto que de otro, pero como mucho, puedo estar buscando la empatía y nunca la lástima...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ayer, ante la avalancha de mensajes de ánimo ante una publicación mía en Facebook, pensé si la imagen que estoy dando es la que quiero dar, y la respuesta es que probablemente no lo es... Adoro cada muestra de cariño, pero siempre preferiré que la gente a la que quiero se ría conmigo al hecho de que se preocupen por mi.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Vaya racha llevas...". Yo ya ni sé cuándo empezó la racha... ¿Y si mi vida fuera esta racha? ¿Y si la extraña suerte que me acompaña estuviera aquí para quedarse? ¿Y si tan sólo fuera cuestión de darle la vuelta a la forma de verlo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Os invito a reíros conmigo: hace poco menos de un año caigo de baja por una situación de acoso laboral. Me empieza a dar miedo salir de casa porque, de todos los lugares donde uno puede vivir, los suegros de mi acosador viven justo al lado de mi casa. Dos meses después consigo armarme de valor y ponerme en marcha, con mucha dificultad, porque la medicación hace que por las mañanas sea poco más o menos que una ameba, y comienzo una rutina piscinera que me regala momentos realmente surrealistas. Me despiden del trabajo. Me voy de vacaciones y mi modorra matinal hace que me despeñe por unas escaleras de caracol, dándome el castañazo de mi vida. De vuelta a casa en septiembre, faringitis al canto y mi ánimo decae. Me ataca la rinitis salvaje. Octubre, con ganas de salir adelante, visita a Madrid, y de vuelta a casa, faringitis. Diciembre, me regalan un cepillo de dientes eléctrico, y tras tres noches de uso, me dejo despellejadas las encías y no puedo comer sólido hasta el 7 de enero. Visita a Madrid. De vuelta, gripe de la muerte. Vaya, parece que me duelen los oídos... ¿Inflamación de la articulación de la mandíbula? Venga, lo compro. Pues no se pasa... Ah, que dicen que es tubaritis... ¿Que no hay tratamiento en concreto más que tener paciencia? Pues nada, una de paciencia... Ah, y si alguien tiene un estómago de sobra, que me lo preste, porque dice el mío que ya no puede con más porquería de medicación. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y así llegamos hasta hoy, 16 de febrero. "Vaya racha llevas...". Pues sí, oigan, llevo una rachita francamente interesante. ¿Triste? Hombre, no es lo más alegre del mundo, pero os prometo que me río. Hoy no, hoy no me río, porque si gesticulo me duele más la cara (y no de ser guapa, precisamente), pero hay que reírse... Pensad en mí con una sonrisa en la cara y prometo devolvérosla con intereses. Porque con mala o buena racha, la vida sigue, y más nos vale enfrentarnos a ella con una sonrisa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
MAYA</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
PD- Ya no sé cuantas veces os he pedido perdón por mi ausencia de posts. Una vez más lo siento. Es que tengo una mala racha... :-)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ah, y ya que pido, agradecería mucho que dejaran mi coche en paz. En los últimos meses se lo ha llevado la grúa por una maratón, le han dado un golpe que lo han dejado tuerto, y me ha llamado la policía tres veces para que lo moviera de sitio por mudanza... Creo que mi coche también tiene una mala racha.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En un par de días, os regalo un post de verdad. Esto me hacía falta a mí. ¿Nos reímos?</div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-25756639323269281902014-08-30T18:18:00.002+02:002014-08-30T22:35:26.922+02:00Amores de verano y otras historias<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">De entre las pocas habilidades de las que puedo presumir, sin duda, mi favorita, es mi memoria... Ojalá la conserve muchos años, porque muchas de las historias que os cuento nacen de mis recuerdos. Los recuerdos, aquellas cosas que hemos vivido, forjan lo que somos, lo que sentimos, lo que deseamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> 2002 fue uno de esos años que marcan una vida. Durante aquellos meses de verano el futuro dio un vuelco cuyas consecuencias llegan hasta hoy, y justo éste, es el momento perfecto para compartir una historia inolvidable.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Aquel verano comenzó como muchos de los meses anteriores, viviendo un drama absoluto por la tragedia de mi vida. Una vez más, mi adorado novio estaba enfadado conmigo y había decidido desaparecer y no contestar al teléfono. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Aquel verano se casaba la hermana de mi mejor amiga. En aquel momento yo no entendía muy bien por qué yo estaba invitada, ya que nuestra relación distaba de ser íntima, pero acepté su invitación sin saber la importancia que aquello acabaría teniendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Aquel verano asistí a dos despedidas de soltera de la misma persona, cuando yo no asisto por sistema a ninguna despedida de soltera, pero una vez más, el destino tenía que jugar sus cartas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Así que, allí estaba yo, julio de 2002, una drama queen en esencia, el día de la despedida de soltera de la hermana de mi mejor amiga, lánguida hasta la desesperación, y viéndome obligada a ir a la prueba del vestido de la novia, que venía del tradicional fin de semana que uno de sus amigos organizaba anualmente en Montejo de Arévalo, acompañada de su futuro marido y dos de los mejores amigos de éste. Unos vermús, unas patatas bravas y un montón de piropos de aquellos chicos hicieron que mis lágrimas desaparecieran, y una conversación por teléfono con otro amigo desconocido me hizo sonreír.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Un par de semanas después pude poner cara a aquella voz al otro lado del teléfono, en la segunda despedida de soltera, en aquel caso en Madrid. Y aquella cara, aquella voz, aquella persona, marcó un antes y un después en la vida de la drama queen que tanto me gustaba ser.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Durante apenas un mes aquel chico me abrió los ojos al mundo, me enseñó que yo era algo más que "la novia de" y que había más vida que aquel novio mío que me traía por el camino de la amargura. Nunca olvidaré que la madrugada del 18 de agosto aquella chica que se casaba, en plena noche de bodas, me envió un SMS en el que me recordaba que yo merecía ser feliz y que lo acabaría siendo... (12 años después aún me lo dice, a pesar de que la vida se empeña en llevarle la contraria), tras dejarme llorando en un bar porque mi novio acababa de dejarme, una vez más, otra de tantas...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> No hubo una gran historia de amor con aquella voz al otro lado del teléfono, si eso es lo que pensáis, pero al día siguiente de aquella boda me regaló uno de los recuerdos más bonitos que me acompañan. Mientras daba un paseo desesperada en mi profunda tristeza, me encontré con aquella expedición de invitados de Madrid entre los que se encontraba él. Ya se marchaban de vuelta. Yo seguí caminando y, de pronto, unos pasos de alguien corriendo tras de mí, una mano que agarraba mi brazo y me obligaba a girarme. "Me quedo contigo", dijo aquella voz, mientras intentaba besarme. "No puedo", le respondí, mientras le obligaba a apartarse, aunque mi boca deseaba besarle con toda mi alma... "Me voy a quedar de todos modos", insistió. Y se quedó...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> No hubo apenas nada más entre nosotros. Unos besos furtivos en la estación de metro de Goya, unos mails inciertos. No era para mí. Yo no era para él... Pero aún hoy, sigue siendo el único chico que ha corrido tras de mí. Aquella escena de película romántica me la regaló un chico al que había visto tan sólo un par de veces. Sólo él.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Hoy se casa aquella voz tras el teléfono. Las circunstancias de la vida han hecho que apenas nos hayamos visto en los últimos 6 o 7 años, pero hoy le recuerdo con tanto cariño que este texto se ha escrito casi solo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Aquel verano del 2002 mi familia creció de pronto. Aquella chica no tan íntima que me invitó a su boda se convirtió en mi hermana; sus hijos, en mis sobrinos... Mi amiga, la otra hermana, conoció al amor de su vida ese verano. Su hijo es mi pequeño ahijado. Y de aquel vermú con sus patatas bravas nació la amistad con mi mitad casi perfecta. Doce años después de aquellas patatas, de aquella foto, una amistad para siempre y una habitación que fue mía desde que él tuvo su propio hogar. Y ahora, yo también voy cada verano al tradicional fin de semana de Montejo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> A finales de verano, recibí un SMS en el que una de mis alumnas me alertaba de un beso robado con uno de sus amigos. El mes pasado asistí a su boda...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> 2002... Qué año...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">MAYA</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> PD- Gracias, una vez más, por esperar pacientemente mis letras, pero necesitaba escribir en un momento en que no hubiera tristeza y el momento llegó hoy. Podría haber llegado hace semanas, pero hoy era el día. Y puesto que la inspiración de este post, el recuerdo del que ha brotado, es una boda, no puedo por menos que dedicárselo a 4 personas que se han casado este verano:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> - Para Marta y Sergio, cuyo beso robado aquel 2002 les llevó al altar 12 años después. Marta, tú me has hecho escribir este post. Cuando hablamos de la boda de hoy el otro día recordé aquella frase que has utilizado tantas veces: "Todos deberíamos vivir una historia de película como aquella". Lo vuestro sí que ha sido un amor de película. ENHORABUENA Y SED MUY FELICES.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> - Para Jose y Lorena, a quienes no tenía el placer de conocer en 2002, pero que comparten su vida conmigo desde hace años, y que por fin han cumplido su sueño y se han casado como ellos tanto han deseado durante sus 13 años de relación. La espera mereció la pena y sus caras de felicidad ese día lo decían todo. Como os dije durante vuestra preciosa boda, NO ME HUBIERA PODIDO PERDONAR PERDÉRMELO.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> ¡¡OS QUIERO MUCHO!!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-3109468068946930902014-01-21T16:25:00.000+01:002014-01-21T16:38:08.723+01:00BUSCANDO LUZ<h2>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: small;"> Y, sin saber muy bien cómo, un día, inesperadamente, te
encuentras a oscuras en un camino que creías familiar. A pesar de conocerlo de
memoria, tus pasos, en la negrura que sientes delante de ti, se convierten en inseguros,
y, finalmente te detienes.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: small;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
A tu alrededor hay luz, la luz que siempre te iluminó, que cada día se
cierne sobre ti, te rodea y te da seguridad. Sabes que si no te mueves, no hay
peligro, pero hay algo allí, a lo lejos, algo que te impulsa a desear seguir
caminando. No estás mal aquí donde estás, no, estás cómodo, tienes incluso grandes
momentos, pero… ¿qué habrá allá?<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
Te domina un tanto el pánico, y los nervios te atenazan
pero, a pesar de todo, decides comenzar a andar, muy despacio, volviendo la
cabeza constantemente para asegurarte de que tu círculo de luces sigue allí. Bien,
no se apagan, no se mueven. Quizá palidecen un tanto, preocupadas porque te
alejas, pero están.<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
Cuando llevas días caminando en la oscuridad, de pronto,
como si fueran estrellas, comienzas a ver luces en la lejanía. Son muy
distantes unas de otras, pero cada vez son más luminosas y acabas por conseguir
llegar a todas, antes o después. Su luz te llena de una forma diferente, y
cantas y bailas y ríes, porque traen consigo una brisa fresca que todos
necesitamos que nos sople en la cara para no ahogarnos con el aire que respiramos cada día… Y te pones
una boa roja y defiendes tu sombrero, o acabas sentada en un microteatro compartiendo
el mismo espacio con personas a las que admiras profundamente, pero sobre todo te
sientes LIBRE, te sientes VIVO, te sientes FELIZ, porque tienes tantas luces,
tantas estrellas, tanto amor, que te parece increíble que hayas podido vivir sin
ellas.<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
Y en ese momento, con luceros que iluminan todos los caminos
que tienes a tu alrededor, retomas la vuelta al lugar al que perteneces, tu círculo,
tu sol, tu luna, tu vida. Ya sabes qué tienes mucho más que vivir, que
disfrutar, que buscar, que encontrar. Sabes que <st1:personname productid="la LUZ" w:st="on">la LUZ</st1:personname> no faltará allá por donde
camines y que hallarás espíritus afines que te acompañen en tu devenir…<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
No dejéis nunca de buscar cosas que llenen vuestros vacíos,
no os conforméis con lo que ya tenéis, porque siempre habrá algo más, algo que
os haga sonreír, que complemente y complete vuestro día a día, que os
enriquezca y os saque del letargo de la rutina que a veces nos consume.<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
Así que, gracias a mis LUCES, a todas ellas, las antiguas,
las recién estrenadas, las lejanas, las que ni <st1:metricconverter productid="700 kilómetros" w:st="on">700 kilómetros</st1:metricconverter> de
distancia hacen que deje de verlas.<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
Y gracias al teatro que me ha dado a mis Invisibles, a mis
Veniditas y sobre todo a mis Yonkis… El amor es un teatro lleno… LLENO DE
VOSOTR@S!!<br />
<br /></div>
<o:p><div style="text-align: justify;">
</div>
</o:p><div style="text-align: justify;">
MAYA</div>
</span></h2>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-5364743549565706232013-11-28T14:17:00.002+01:002013-11-28T14:17:26.945+01:00Géminis<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Llevo meses intentando darle una nueva forma a mi vida, y no
sé muy bien cómo hacerlo. Siento como si fuera un blandiblú, que por mucho que
yo me empeñe, se me sigue escurriendo entre los dedos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Yo no diría que es un mal momento, aunque reconozco que en mi
línea vital ya se mezclan tanto los buenos y los malos, que no sabe una cómo distinguirlos.
Pero no, no es un momento terrible; hay días terribles, pero también sigo encontrando
grandes momentos de felicidad, como me prometí que haría a principios de año. Esos
planes extraños, ese trajín de teatro en teatro, esas desapariciones buscadas…,
son lo que me mantienen cuerda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Y si me voy manteniendo cuerda en esta cuerda floja que
resulta nuestra frágil existencia, ¿qué quiero cambiar? Porque de lo que sí
estoy segura es de que es época de cambios. Los noto, sobre todo en mi interior.
Mi forma de entender ciertas cosas es diferente; no sabría asegurar si peor o
mejor, pero diferente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> De pronto, hay una cierta intransigencia que me domina y no
soy capaz de controlar. Siempre he sido consciente de que, en cierto
modo,me han “utilizado” muchas personas. No me ha importado demasiado, porque, a pesar de
que dolía, tenía demasiado poco peso como para hacer que influyera en mi comportamiento
posterior con otras personas diferentes, así que, he seguido dando pie a que esta situación
continuara.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> En primavera mi vaso de paciencia estuvo a punto de
derramarse y en verano ya estalló por completo y el agua de mi rabia corrió por
todos los ramales de mi vida. Borré números de teléfono, bloqueé a personas en
las redes sociales, enfermé durante semanas encadenando múltiples y absurdas
dolencias, me absorbieron las inseguridades y me consumió la sensación de que
me equivoco, y no sé en qué…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Me he comprado un vaso nuevo, pero es más pequeño que el
anterior. Me debato entre la generosidad y el egoísmo y a veces siento que no
tengo término medio. No sé lo que estoy perdiendo o ganando, pero no puedo
evitar comportarme así. A ratos, adoro mi mundo, mi gente, mi vida; al día siguiente
me marcharía a la Conchinchina para empezar de cero, me compraría una vajilla
nueva, la llenaría de esperanza e ilusión y me olvidaría de todo lo anterior.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> No sé qué me ocurre. Supongo que hay momentos de saturación
vital inevitables. Estoy en el punto extremo de mi personalidad géminis, capaz
de lo mejor y de lo peor. No pido ayuda, pero tampoco puedo pedir perdón.
Paciencia, quizá, paciencia es lo que sí puedo pedir…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Necesito unas vacaciones de mí misma, de mis circunstancias,
de mi forma de vivir… ¿Alguien conoce el modo de hacerlo? Me temo que no lo hay…
Así que me tengo que pedir paciencia también a mí misma, y, mientras tanto,
agarrarme a mi cinturón de seguridad, vosotros, mi gente, cuyos números no borré…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> Mi ogro es menos ogro, tengo un colchón nuevo maravilloso, a
Asier Etxeandía y Venidos a menos en unas fotos preciosas, mi cine, mis kebabs,
mi tarjeta de crédito (a la que tengo que dejar respirar un poco), mis series,
mi sofá, mis vosotros… Tengo mucho. Quizá tan sólo necesite redecorarme,
reorganizar prioridades y sentimientos. Seguiré trabajando en ello y buscando
una isla interior donde darme esas merecidas vacaciones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">MAYA</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">PD- Os prometo que el próximo post será más poético y menos prosaico... A veces, una necesita enrabietarse!!</span></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-77993740437381406822013-10-21T19:49:00.001+02:002013-10-21T19:49:07.736+02:00Para Laura<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mi querida niña,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hace dos meses ya que nos faltas. Ni todo el amor que te
rodeaba, ni tu fuerza, ni tus ganas de vivir fueron suficientes para ganar el
último embate de la enfermedad a la que te viste sometida. Tú perdiste la
guerra, princesa, y todos los que te queríamos perdimos una batalla cuyas
heridas no nos queda más remedio que intentar curar. Si no las curamos,
querida, te fallamos, porque tú te has ido sin querer marcharte, así que los
que nos quedamos, tenemos la obligación de vivir por ti, todo lo que tú no
pudiste, todo lo que hubieras deseado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Fuiste un regalo para todos nosotros. La impronta que dejas
en nuestras vidas es y será imborrable. Tus 13 años, dolorosamente
insuficientes, injustamente escasos, han marcado una diferencia en todos los
que hemos tenido la increíble suerte de conocerte. Hemos de vivir con tu
ausencia, pero al menos podemos hacerlo cargados de recuerdos maravillosos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Eres la primera persona que se me va a la que echo en falta
cada día. Ocupabas un lugar tan grande en mi corazón y en mis pensamientos que
a ratos me cuesta muchísimo apartar tu recuerdo de mi mente. A veces se me caen
lágrimas como puños, ya lo sabes, y otras veces sonrío porque me obligo a
recordar todo lo bonito que vivimos juntas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Mis recuerdos están llenos de canciones, de cuentos, de
verbos irregulares, de cotilleos sobre mis nuevas botas, mi obsesión por los
broches, tu ilusión por enseñarme tus regalos de cumpleaños, de navidad, de
mails que nos cruzábamos y que te obligaba a escribir en inglés para que
practicaras, de fotos que hacía a mis sobrinos para enviarte, de programas de
la tele que comentábamos (ya vuelve a empezar Tu cara me suena, ¿sabes? Seguro
que gana Edurne, ya verás…)<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Este último año, mi dulce niña, ha sido tan difícil… Cómo
has sufrido, pequeña, cómo has sufrido… No puedo ni llegar a imaginarme lo que
ha sido para tus padres, para tu familia, que se ha mantenido a tu lado
luchando como un pequeño ejército hasta el final. ¿Cómo es posible que toda su
esperanza y su fe no hayan sido suficientes para salvarte? Si hay alguien que
mereciera vivir esa eras tú, Laura… Lo merecías tanto que en todos esos meses
de operación, tratamiento, hospital, jamás pensé que llegaría el peor de los
finales. Creía tanto en ti, que sacaste mi fe del remoto lugar donde se
encontraba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Nunca había rezado tanto, te lo prometo. Y en los lugares
más insospechados… Sobre todo recé por ti durante tus últimos días. Madeira
siempre estará unido a tu recuerdo. Cada foto que hacía era para ti, cada
pensamiento mirando al mar infinito era para ti, y el único momento de
consciencia de que se avecinaba lo peor llegó allí, mirando al Atlántico.
Colgué en facebook una de esas famosas autofotos mías que tanto te gustaban y
todo el mundo me dijo lo bonita que estaba. Nadie se dio cuenta, querida mía,
de que mis ojos estaban llenos de lágrimas y por eso brillaban tanto y para mí
siempre será la foto en la que me despedía de ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Me faltaron muchas cosas que vivir a tu lado. Me hubiera
encantado conocer a la magnífica mujer en la que te ibas a convertir.
Hubiéramos sido grandes amigas, princesa, las mejores, porque con 25 años de
diferencia ya lo fuimos. Hubiéramos ido al cine, al teatro, de viaje… Tengo
edad para ser tu madre y sin embargo puedo decir con orgullo que fui tu hermana,
porque con una madre maravillosa tenías más que suficiente. En mi corazón
siempre seré tu hermana mayor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No te pude haber querido más, mi niña, es imposible.
Conocerte ha sido una de las cosas más hermosas que me ha pasado en la vida.
Sacabas lo mejor de mí, incluso en este año malo y triste por tantas cosas, tú
sacabas lo mejor que yo podía darte, y cada sonrisa que tú me regalabas
compensaba ampliamente el esfuerzo que yo hacía por sacártela. Ojala hubiera
podido darte más… Ojala hubiéramos tenido más tiempo… Pero no lo tuvimos,
princesa, se nos agotó, y como consuelo nos queda que, allá donde estés, tu
sufrimiento se acabó y llegó tu paz. Y estés donde estés, nunca dejarás de ser
el ángel que eras, porque es lo único que tú puedes ser, un Ángel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cierro los ojos y te veo, justo hace dos veranos. Acabamos
nuestra última clase antes de las vacaciones y te acompañé a la piscina. Nos
despedimos en la puerta con un abrazo enorme y te dije “Te voy a echar mucho de
menos”. “Y yo a ti”, contestaste, y te creí, y supe que me querías tanto como
yo a ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Te voy a echar mucho de menos, Laura, mi niña, mi princesa.
Siempre. Siempre. Siempre… Compartimos el mismo cielo, mis estrellas serán tus estrellas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p><br /></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p>MAYA</o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para Carmen y Jose, con mi más profundo cariño. Nunca os
agradeceré lo suficiente el haberme hecho sentir parte de vuestra familia,
haberme dejado estar a su lado hasta el final, haber permitido que fuera su
hermana… Gracias por hacer que una Monster High presida mi salón y por regalarme mis amuletos más preciados. Ya no concibo salir de casa sin su pulsera. Espero que sepáis que estoy aquí y voy a seguir estando aquí para vosotros. SOIS MARAVILLOSOS.<o:p></o:p></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-54425760276157254362013-08-22T17:47:00.002+02:002013-08-22T17:47:23.758+02:00Sabina<div style="text-align: justify;">
Una de las cosas, de las muchas, que se me han quedado en el tintero (nunca una expresión tuvo tanto sentido) durante este año de silencio, ha sido despedir como ella se merecía a mi Yaya del alma.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi Yaya, Sabina, se marchó el 21 de agosto de 2012 tras una lenta y dolorosa agonía. En realidad el alzheimer nos la había robado muchos años antes. Esa maldita enfermedad deja muchos más afectados que el propio enfermo. Es tan cruel que si no eres capaz de conservar tus recuerdos remotos, te roba hasta la más bella imagen de tu familiar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Respiramos hondo, muy hondo, porque me he prometido que éste no sería un post triste.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi Yaya fue una mujer preciosa. Me halaga mucho que me digan que me parezco a ella. Lo cierto es que yo sí veo ese parecido, mucho más que a cualquier otro miembro de mi familia. Dedicó su vida al cuidado de su marido y sus hijos, es más, yo diría que al cuidado de cualquier persona que la necesitara. Fue matriarca de una gran familia, plagada de hermanos, sobrinos, conocidos del pueblo... Cualquier persona encontraba en su casa un plato de comida y todo su cariño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo nací pronto, mis padres aún eran jóvenes, y mis abuelos les dieron cobijo durante tres años, hasta que pudieron fundar un hogar propio. Supongo que durante esos años se fraguó el vínculo que siempre sentí con ella. Tenía una perenne sonrisa y se maquillaba las mejillas con carmín (cómo me hacía sonreír aquello), o si no lo tenía a mano, se las pellizcaba para darles color. Su piel era de porcelana, lo fue casi, casi, hasta el final. Una auténtica lástima no haberla heredado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era muy bajita pero recuerdo con emoción el día en que por fin pude caminar cogida de su brazo. "¡Ya te llego, ya te llego!!" Ya de anciana, cuando aún caminaba, y lo hacía cogida de mi brazo, me decía "Qué alta eres...". Me temo que nunca comprendió el concepto "tacones"...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su risa era de esas que parece que están a punto de hacer ahogar a la persona, y se reía por todo, sobre todo de sí misma cuando le corregíamos al decir las cosas. Tomaba "termalgil", "algilasa", iba a la "pistina"... Oirle pronunciar los nombre de los actores americanos era toda una comedia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sabía leer, todo un lujo, siendo la mayor de 6 hermanos en los tiempos que corrían. La recuerdo sentada junto a la ventana, en la mesa camilla, humedeciéndose el dedo para pasar las hojas del periódico. Qué generación, aquella... Buscaba, como supongo que muchos, las esquelas, antes que nada, y por eso lo leía de atrás hacia adelante. He de asumir que esa es la razón por la que también yo lo leo del mismo modo. Quizá algún día yo también busque las esquelas...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vivía en un bajo, un hogar que ahora pertenece a mi hermana. Aquello era lo más parecido a vivir en un pueblo. En cualquier momento te encontrabas la cabeza de una vecina asomada a una ventana (y Dios sabe cuánto le molesta eso ahora a mi hermanita...) Pero, claro, a ella le encantaba pues compartía la afición con el resto del barrio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cómo querían las vecinas a "la Sabina"... ¿Y cómo no iban a hacerlo?? Si es que no se podía ser más buena que ella... Me hacía huevos con chorizo frito para cenar. Diréis que eso no es señal de ser buena, pero yo la adoraba por ello, porque mi madre se negaba a hacerlo ( a mi yaya lo del colesterol le sonaba a chino)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando su mente empezó a fallar, cuando aún era feliz dentro de su pequeño mundo, nos hacía reír muchísimo... "Vive un señor aquí conmigo. No sé quién es. Duerme en la otra cama pero me respeta. Y yo le hago la comida, porque es muy amable..." Nos partíamos de risa. Pobrecito mi yayo... No pudo con aquello, la vida se lo llevó antes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No tuvo más que dos nietas, pero ni veinte le hubieran querido más que nosotras. Al final, antes de perder la capacidad de hablar, cuando en su memoria no quedaba apenas nada más que sus recuerdos de juventud, aún le quedaba un resquicio al fondo de su mente en que sabía que nosotras, fuéramos quién fuéramos, éramos dos y yo era la mayor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante casi dos años apenas pude visitarla. Me dolía tanto verla así, era tal el sufrimiento que me provocaba, que me escondí en una burbuja de egoísmo. Mi madre y mi tío nunca faltaron de su lado. Qué maravillosas personas son... Intentaron siempre hacerle reír, mantenerla guapa, acompañarle, aunque ella no se diera cuenta...</div>
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Y se fue, se fue y dejó tras de sí una estela de amor inolvidable, una impronta de bondad que será difícil que se repita en nuestro entorno y nuestras circunstancias, porque Sabina siempre vivió desde la inocencia y la ingenuidad, desde la ignorancia y la necesidad, tan sólo, de lo pequeño, de lo cercano. Fue feliz, yo creo que fue muy feliz.</div>
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MAYA</div>
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Os regalo este post a todos aquellos que habéis disfrutado tanto de vuestras abuelas como yo, y sobre todo y especialmente, a los que las habéis compartido conmigo. Aún me queda Caty, en cuya casa y corazón caben todas las personas del mundo, y no hace tanto se fue Lola, abuela genial donde las haya que mantuvo hasta el final la capacidad de hacer reír a todos los suyos.</div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-35832449516617071262013-08-07T19:04:00.001+02:002013-08-07T19:30:58.997+02:00Cartas de amor<div style="text-align: justify;">
Hace tiempo que asumí que en mi vida nada sucede por casualidad. No sé quién escribe el argumento de mi vida, pero sus rocambolescos efectos de guión son dignos de, yo no diría de una gran película, pero desde luego sí de un culebrón de esos de tarde, que ya de paso podría protagonizar Asier Etxeandía...</div>
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En mi entorno se comenta que me pasan "cosas muy raras". Ha llegado un momento en que yo ya lo considero todo normal, o al menos, dentro de la normalidad de mis vivencias. Anoche sucedió una de esos extraños eventos que de pronto me paralizan, luego me revuelven las entrañas, para finalmente convertirse en una de tantas anécdotas. Esta vez, por qué no, voy a compartila con vosotros.</div>
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Hace unos días, en una maravillosa reunión de amigos, por motivos que no vienen al caso, acabamos hablando de cartas de amor. Yo no he tenido la suerte de recibir muchas -a pesar de que yo las he escrito a cientos- y por eso atesoro cada una de ellas, porque aunque las personas que las escribieron ya no formen parte de mi vida, al menos en la misma medida que entonces, sí siguen teniendo su lugar en mi corazón. Hacía mucho tiempo que no lo recordaba, y no creo haberlo compartido nunca con nadie, pero yo comenté que en cierta ocasión alguien me escribió una carta de amor con fragmentos de Rayuela, la novela de Julio Cortázar. Un comentario, sin más, de un hecho, sin más.</div>
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Anoche, como cada noche, me encontraba en la cama leyendo. Era una delicia de libro, La Delicadeza, del que estaba disfrutando tanto que me encontraba completamente absorta en él. El argumento del libro se desarrolla en los capítulos pares, mientras que los impares son, simplemente, una cita de otro autor, una reflexión, unas simples palabras. El penúltimo episodio se presentó ante mis ojos, e, inmersa en la lectura, de pronto, tuve que retroceder unas líneas para descubrir, absolutamente sorprendida, que yo conocía aquellas palabras...</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-cEDlZnqpWh0/UgKCzde6aJI/AAAAAAAACXI/BQGURRWJ18o/s1600/20130807_191113.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-cEDlZnqpWh0/UgKCzde6aJI/AAAAAAAACXI/BQGURRWJ18o/s320/20130807_191113.jpg" width="240" /></a></div>
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Salté como un resorte de mi cama a buscar entre mis cajas de recuerdos. No tardé más que unos minutos en encontrar lo que buscaba, y allí estaba... Ocho años después aquella letra familiar se hizo dueña de la noche.</div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-zVoEMTKYTSw/UgKDG3hHIdI/AAAAAAAACXM/TpIiCY46L-4/s1600/20130807_191734.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://1.bp.blogspot.com/-zVoEMTKYTSw/UgKDG3hHIdI/AAAAAAAACXM/TpIiCY46L-4/s320/20130807_191734.jpg" width="320" /></a></div>
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De pronto me convertí en un mar de lágrimas. No podría explicar por qué lloraba. Quizá me pudo la nostalgia, la emoción, me sobrepasaron las casualidades... Lo cierto es que me dio por pensar en la vida, en los amores perdidos, en las cartas de amor que ya no significan nada, en las personas que estuvieron a mi lado y a las que no les importé tanto como para quedarse...</div>
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El otro día comentaba con un amigo que tengo la inmensa suerte de sentirme profundamente amada, y ese AMOR hace que no sienta el vacío de no tener pareja. Me costó mucho recomponer mi corazón la última vez que se rompió. Sinceramente, yo creo que no logré repararlo del todo y me quedó alguna tara que me ha convertido en una persona un tanto descreída y desengañada, no resentida, pero sí desconfiada, y me siento segura en mi falsa soledad. Falsa, porque nunca me falta un abrazo, un cariño, una palabra bonita...</div>
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Pues os confieso, amigos, lectores, desconocidos, os confieso sin vergüenza, que anoche, durante 5 minutos, me hubiera hecho inmensamente feliz que a mi lado hubiera habido alguien enjuagando mis lágrimas... La perfección sería que hubiera sido Asier Etxeandía, heterosexual y sin pareja... Eran las 3 de la mañana y soñar es gratis, queridos...</div>
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Pero me desperté esta mañana y ya no había lágrimas, tan sólo una más de mis historias curiosas, porque, ¿a cuántos de vosotros os han escrito una carta con fragmentos de Rayuela? ¿Cuántos se lo habéis contado a alguien hace tres días? ¿Y cuántos habéis leído un libro francés que se titula La Delicadeza? Ya veis, alguien juega al billar con mis vivencias y siempre hace carambola.</div>
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Por cierto, también recordé al despertarme los millones de abrazos que me dieron este fin de semana y un hermoso mensaje que recibí cuando acabó, así que, tranquilos, seguiré firme en mi falsa soledad, aunque quizá, solo quizá, algún día desee de nuevo una carta de amor.</div>
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MAYA</div>
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Para Polizón, cuyos abrazos me llenan de paz infinita.</div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-64326051728793848712013-07-11T21:12:00.000+02:002013-08-23T17:34:36.184+02:00De cuentos y princesas<div style="text-align: justify;">
De niña sólo había dos cosas que me apasionaran, leer y escribir. Como podéis comprobar, con el paso de los años, nada ha cambiado en demasía. He añadido alguna pasión más, pero las heredadas de mi infancia permanecen inalterables.</div>
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En mi memoria pervive el recuerdo de mis dos primeros "grandes escritos". Uno fue una historia sobre marcianos en la luna (más tarde descubrí que no eran marcianos, sino selenitas, pero uno no le puede pedir tanto a una niña de 7 años). Fue un regalo para mi tío. Lo escribí muy pequeñito y lo encuaderné usando hilos de lana y una cartulina con sus protagonistas dibujados a modo de portada.</div>
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Mi siguiente recuerdo es de un relato. Poco mayor sería yo entonces, pero ya dejaba entrever la reina del drama en la que me acabaría convirtiendo. Era la historia de un niño que tenía cáncer. "Te pareces a Martín Vigil", decía mi madre. Años más tarde leí algún libro de aquel escritor. Mi madre tenía razón...</div>
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¿Os puedo contar un cuento...?</div>
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<i> Erase una vez una pequeña princesa. Tenía apenas 9 años y era casi perfecta (no creo en la perfección. Cuando menos, uno puede tener un granito en la nariz) Era tan bonita y tan encantadora que a aquella profesora de inglés que contrataron para darle clase le suponía un auténtico placer cada uno de sus encuentros. Sus ojos verdes siempre sonreían y llevaba una hermosa melena rubia, como Rapunzel... </i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> Era la mejor alumna que tenía aquella profesora. Las clases eran pura diversión para ambas. Se sentía tan orgullosa de su princesa... Sus calificaciones mejoraron casi hasta la perfección (no se puede ser perfecto. Cuando menos, uno puede equivocarse en un verbo irregular) y se sentía feliz de destacar en su clase y de que sus profesores alabaran su pronunciación y su magnífico acento. "Tendrás una profesora nativa..." "Pues no..." Y las dos, profesora y alumna, no cabían en sí de alegría.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> Lo que más deseaba en el mundo la pequeña princesa era ir a clases de equitación. Los caballos eran un sueño para ella y le rogaba a sus padres para que cedieran. Su profesora le decía que no dejara de insistir, que algún día lo conseguiría. Un tiempo después la princesa le contó que sus padres habían accedido, pero advirtiéndole que no habría dinero para una segunda actividad extra escolar. Tenía que elegir entre los caballos y el inglés... "Y yo quiero que tú vengas siempre...", le dijo a su profesora. Aquel momento sí fue perfecto, o así sintió la profesora que lo era...</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> El calendario siguió avanzando. La princesa tenía 11 años y su profesora encontró otro trabajo. No había lógica en aquellos horarios, y concertaron sus encuentros para los sábados por la mañana. Pensaréis que aquello era un sacrificio para la profesora, pero aquellas clases eran tan gratificantes, que nunca supuso el más mínimo esfuerzo.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> La princesa seguía siendo la más brillante de su clase y mientras tanto, iba creciendo para convertirse en una adolescente etérea con aquella melena rubia y esos ojos penetrantes.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> Pero, como ya sabéis, en cualquier cuento de hadas que se precie, hay personajes malvados. El jefe del nuevo trabajo de la profesora resultó ser un ogro gruñón que le prohibió dar clases particulares, y para ello le cambió el horario, obligándole a que saliera de trabajar a las 8 de la tarde. El resto de sus alumnos buscaron otra solución, otros profesores, pero la princesa se negó. "Lo importante es que vengas", le decía, "aunque sea a las 9 de la noche..." Y así lo hacían, con gusto, ambas protagonistas de nuestro cuento.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> Y de pronto, sin aviso ninguno, más que un ligero dolor de espalda (podríais pensar que era el guisante bajo el colchón...) un rey malvado cuyo nombre empieza por una terrorífica "C" la secuestró el 21 de noviembre... Lleva 8 meses encerrada en la torre más alta de un castillo al que llaman hospital. El rey malvado la retiene y la tortura hasta la extenuación. Le ha arrancado su magnífica melena, montones de kilos y su buen humor, pero no ha podido robarle su hermosa mirada. Su profesora pelea con todas sus fuerzas para que no le quite también esa maravillosa sonrisa que ilumina como el sol, pero el Rey C, es fuerte, mucho más fuerte de lo que nadie pensó, y mientras la mantiene atada a la cama con cuerdas a las que llaman "vías", "sondas", "dispensarios"... su luz se debilita... Es tan débil que su profesora está muy asustada...</i></div>
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<i><br /></i></div>
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Hasta aquí nuestro cuento, que por ahora, no tiene final... ¿Os acordáis de la niña que escribía como Martin Vigil? Si no recuerdo mal, y la buena memoria es una de mis grandes virtudes, tras un par de folios de letra redondita y apiñada, a aquel niño, ya al borde de la muerte (si es que mi madre tenía razón... Mira que era dramática la niña aquella que fui) se le aparecía un hada que le concedía un deseo y el pequeño se curaba... ¿Inventamos un final para la princesa de nuestro cuento??</div>
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<br /></div>
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<i> Una mañana, como cualquier otra mañana, la princesa despertó, triste, como cada día, pues seguía encadenada a aquella cama cruel que se había convertido en su peor enemigo... Y de pronto, la puerta se abrió y apareció su Príncipe salvador. No tenía aspecto de príncipe. En vez de armadura, vestía una bata blanca y en lugar de una espada, blandía un fonendoscopio. "¡Hemos vencido!", gritó emocionado, "Hemos acabado con el Rey C... Como te ha tenido tanto tiempo encerrada vas a tardar un poquito en encontrarte bien del todo, pero seguro que en unos meses podré ir a buscarte en mi caballo (recordad que era un príncipe. ¡Por supuesto que tenía caballo!!) y cabalgaremos felices hacia el horizonte.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i> Y fueron felices para siempre, la princesa, su familia, el caballo y aquella profesora de inglés que durante meses hizo todo lo que pudo para que aquella princesa casi perfecta no perdiera su sonrisa...</i></div>
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<i><br /></i></div>
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Ojalá, ojalá, ojalá algún día Laura pueda leer esto y sonreír conmigo, porque eso significará que aquella niña dramática que escribía cuentos para llorar, además tenía el don de la esperanza. Me niego a perderte, Laura, así que seguiremos luchando todo lo que haga falta luchar...</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
MAYA</div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-15570147053784056982013-07-06T02:36:00.002+02:002021-10-31T21:56:34.608+01:00Micro mundos<div style="text-align: center;">
"No sé si quedan amigos, y si existe el amor,</div>
<div style="text-align: center;">
si puedo contar contigo para hablar de dolor</div>
<div style="text-align: center;">
No sé si alguien me escucha cuando alzo la voz</div>
<div style="text-align: center;">
y no sentirme sola...</div>
<div style="text-align: center;">
Naces y vives solo..."</div>
<br>
<div style="text-align: justify;">
Como seguramente muchos de vosotros hayáis reconocido, éstas son las primeras líneas de la canción "Puede ser". Es una de mis favoritas y me acompaña en muchas de mis noches de insomnio, como la de hoy. Mientras la escuchaba y, como es habitual al hacerlo, derramaba alguna lagrimita, he pensado en algo y quizá si no lo plasmo ahora, mañana lo olvide.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
En una sociedad globalizada, donde se supone no hay fronteras, en la que la comunicación virtual impera y nos hace estar conectados con cientos de personas a través de redes sociales, mensajería instantánea y aparatitos varios, en realidad creo que estamos más solos que nunca.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé si nos hemos autoimpuesto la individualidad o en realidad se ha convertido en un castigo, al que nos dirigía inexorablemente cierto tipo de comportamientos que hemos potenciado en los últimos años. Siendo como soy una especia de extraña ermitaña que parece no necesitar a nadie, cultivo mucho la soledad y ciertos hábitos y aficiones que se pueden desarrollar en solitario. Vivo en un micro mundo en el que, sobre todo y especialmente, dejo entrar a mis AMORES. Todos ellos - todos vosotros- se han acostumbrado a estas dinámicas mías y no sólo las respetan, sino que vienen a complementarme, casi siempre, de una forma perfecta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
En mi micro mundo hay dos normas fundamentales, la de disfrutar plenamente de quien siento que de verdad me quiere, y por consiguiente no regalar mi tiempo y esfuerzo a quien no lo aprecia ni lo desea (ni seguramente lo merece) y la de nunca eludir la responsabilidad que supone ser un AMOR de alguien. Mis amores, lo aclaro, son esas personas a las que digo "te quiero", "te necesito", "tengo ganas de verte".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
El problema de los micro mundos es que no hay dos iguales, y en cada uno rigen unas normas de comportamiento diferentes. Lo que en el mío es crucial en otro puede que no tenga ningún sentido, y de hecho, no lo tiene... A veces es tremendamente difícil aceptar las reglas de los otros en sus pequeños mundos. Giramos todos en una misma galaxia y de pronto el micro mundo que llevas delante de ti impone una regla nueva, que quizá tú no conocías, y frena, y provoca una colisión... Quizá no fue su intención, casi nunca lo es, pero tú de pronto te sientes frustrado y enfadado pensando por qué tu mundo y el suyo no llevan una misma velocidad. Tú estás convencido de que ibas a la correcta, que lo estabas haciendo todo bien, y, sin embargo lo golpeas. A veces es un toque sin importancia; otras, el accidente provoca daños en tu micro mundo o en el suyo...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno piensa que cuando se hace mayor va a tener un poder absoluto sobre su micro mundo y lo que le rodea. Parece que todos tuviéramos muy claras las ideas de hacia dónde nos dirigimos y con quién. No es cierto, nunca lo es. De pronto en tu galaxia pierdes de vista alguno de los planetas y quizá alguna vez lo veas girando en una órbita nueva, diferente a la tuya, paralela. Nunca más os cruzaréis. Saltas de rabia sobre ese mundo tuyo porque no lo esperabas, porque no te parece justo; saltas tanto que haces que todo se tambalee; de pronto, te detienes. Seguramente ese pequeño mundo no tenía ningún interés en seguir en su órbita, o simplemente necesitaba un cambio.</div>
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<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Otras veces, pequeños planetas que siempre te pasaron desapercibidos pasan a ser fundamentales en tu órbita, en tu equilibrio, y te planteas cómo pudiste alguna vez orbitar sin ellos flotando junto a ti.</div>
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<br></div>
<div style="text-align: justify;">
También hay órbitas que se cruzan de vez en cuando con la nuestra. Hay que tener mucho cuidado, porque al no estar acostumbrados unos micro mundos a los otros, las probabilidades de colisión aumentan. Reconozco que a mí no me emocionan ese tipo de órbitas cruzadas. Ahí peco de egoísta, me gusta gravitar siempre acompañada, saber que los otros micro mundos, mis AMORES, siempre están, pero, una vez más, las reglas de los otros puede que no coincidan con mis deseos y a veces no tengo más remedio que conformarme con esos cruces ocasionales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Finalmente están aquellos que un día dejaron un hueco que ahora vuelven a ocupar. Resulta extraño, pero de alguna manera parece que nunca lo perdieron y rápidamente vuelves a encontrarte girando junto a ellos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde hace muchos años pienso que la única persona que sé a ciencia cierta que va a estar conmigo hasta el final de mi camino soy yo misma, y por eso pretendo que reine siempre el orden en mi micro mundo (no lo consigo casi nunca, aunque sí respeto mis normas fundamentales) Bien es cierto es que, a pesar de ello, intento no colisionar con ningún otro y pongo todo mi amor y mi voluntad en que los micro mundos que gravitan junto a mí sean felices si está en mi mano. A veces siento un exceso de responsabilidad; otras, son ellos los que tienen que anclarme para que no pierda mi camino. Aunque me cueste entender vuestros micro mundos, mi galaxia sólo tiene sentido con todos girando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi respuesta a todas las preguntas que plantea la canción al principio de micos son definitivamente sí</div>
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<br></div>
<div style="text-align: center;">
"Puede ser que la vida te guíe hasta el sol</div>
<div style="text-align: center;">
puede ser que el mal domine tus horas</div>
<div style="text-align: center;">
o que toda tu risa le gane ese pulso al dolor</div>
<div style="text-align: center;">
puede ser que lo malo sea hoy..."</div>
<br>
<div style="text-align: justify;">
Son casi las 3 de la mañana y el despertador sonará a las 8. Estoy escribiendo con el teléfono. En mi micro mundo hay otra regla que dice que hay que escribir cuando llega la inspiración. Os quiero. Tengo sueño.</div>
<br>
MAYA<br>
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<div style="text-align: justify;">
<a href="https://www.youtube.com/watch?v=hLdTr0DHIEQ&feature=youtube_gdata_player">https://www.youtube.com/watch?v=hLdTr0DHIEQ&feature=youtube_gdata_player</a></div>
Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-27850329164705200362013-04-04T16:18:00.003+02:002013-04-04T16:18:46.587+02:00Amigos invisibles<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Hay una musa sentada junto a mí. Me mira con expresión suplicante "Hazme caso", dice. "Escribe un ratito", insiste. Me sorprende verla tanto por aquí últimamente. Le ha crecido mucho el pelo, me cuesta reconocerla, y le brillan los ojos mucho más que de costumbre.</span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Me parece que tiene envidia... Sí, sí, envidia. Se han cruzado en su camino varias de sus compañeras últimamente y le tienen muy sorprendida los logros de sus protegidos. No se da cuenta de que, en todo caso, la inspiración es sólo un grado y que los inspirados son los que acaban marcando la diferencia. Mi pequeña musa tuvo que sentirse aún más pequeña ante lo que tuvimos el placer de presenciar el otro día.</span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Hay personas que son arte en sí mismas. Asier Etxeandía es, sin duda alguna, una de ellas. Llenar un escenario por sí mismo, lograr conmover cantando desde Chavela Vargas a Rolling Stones, pasando por Madonna o Camilo Sexto, emocionar desde ese monólogo en el que cuenta su infancia, salpicado de risas y lágrimas, no creo que esté al alcance de muchos.</span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Mi musa estuvo dándome codazos durante todo el concierto, tan consciente como yo de que había algo que El Intérprete y yo compartíamos, algo que seguro es común a tantas personas como espíritus medianamente artísticos hay en el mundo. Asier situó su historia en 1984 cuando, a sus 9 años, ya soñaba con ser cantante y tenía como público a su grupo de amigos invisibles. Casi 30 años después, nosotros, su público de aquella noche y de las cientos de éxito que le esperan, nos convertimos en sus amigos invisibles.</span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Llevo toda la vida escribiendo para lectores invisibles. Ni siquiera recuerdo cuándo empecé a escribir. Supongo que en el mismo momento en que me atrapó la Lectura, la Escritura lanzó un dardo envenenado de deseo y necesidad por las Letras, y caí en sus redes para siempre. Escribía cuentos, diarios, poemas... La mayor parte de las veces todas mis páginas acababan en la basura. Otras, muy pocas, apenas ninguna, aquello acababa en manos de algún familiar, pero nunca me sentí cómoda dejando que otros leyeran en mí, porque de alguna manera cada palabra que escribía era una puerta abierta al interior. Lo cierto es que yo nunca supe escribir ficción... Cada línea que he escrito a lo largo de todos estos años era un camino directo a mi corazón, y no era nada fácil ser una niña tan extraña.</span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Fui una adulta en el cuerpo de una niña; más tarde fui una adulta en el cuerpo de una adolescente; afortunadamente el tiempo acabó haciéndome encajar conmigo misma y empezó a ser más sencillo abrirme al mundo. Comencé a escribir cartas de forma incesante, y mis amigos invisibles, a veces, tomaban el cuerpo de alguien cercano para recibirlas. Escribí cartas de amor, cientos. Las primeras acabaron hechas trizas por mí misma consumida por la rabia de un amor no correspondido, otras en algún cajón, presas de la vergüenza, las demás, la mayoría, acabaron en manos de quienes tenían que leerlas. He de reconocer que sería maravilloso recuperarlas...</span></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Las cartas se convirtieron en mails. Mis amigos invisibles fueron teniendo cara y nombre. Me leíais uno a uno, pero me leíais. Mis amigos invisibles ya eran lectores individuales. Si lleváis unos cuantos años conmigo, seguramente tengáis más de uno en vuestro recuerdo. Si he tenido algo importante que deciros, seguramente lo habréis leído, y no escuchado. Si me habéis querido, si os he querido, seguramente lo hayáis leído más veces de las que lo haya verbalizado.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Y hace tres años los mails se convirtieron en este blog, y ahora sí, mis queridos amigos invisibles, esos que estáis leyéndome con más o menos atención, tenéis todos cara y nombre, aunque para mí, muchos de vosotros seguís y seguiréis siendo invisibles... ¿Y sabéis qué? No sólo no me importa sino que me parece algo hermosísimo. Jamás creí vivir algo parecido a la emoción de estas dos últimas semanas. Casi 300 personas leyeron el último post... Personas que no me conocen disfrutaron de él. Amigos invisibles me dedicaron su tiempo y su cariño.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Ya no pido mucho más. Quizá esos días han sido esos 15 minutos de gloria que se supone todos vivimos en la vida. Si es así, los míos han sido inolvidables. Me conformaría con que alguno de esos lectores circunstanciales salidos de la vorágine de Venidos a Menos hubiera decidido volver a pasarse por aquí. Amor es un teatro lleno, decía El Intérprete. Amor es lo que yo siento por vosotros, amigos visibles e invisibles, cuando sé que os hago disfrutar unos minutos con mi musa. No os vayáis.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Maya</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> PD- No contesté a los comentarios del post anterior. Disculpadme. Durante días sólo pude pensar "GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS..."</span></div>
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Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-1558691873484339842013-03-20T20:49:00.001+01:002013-03-20T20:49:31.409+01:00Venidos a menos<div style="text-align: justify;">
No es fácil ser feliz en estos tiempos que corren. La vida se nos ha rebelado y nos zancadillea constantemente. Cuando miro a mi alrededor me doy cuenta de que en el entorno, más o menos cercano, apenas hay personas a las que les vaya bien. Me refiero a francamente bien. La mayor parte de nosotros llevamos la cabeza un poco gacha y decenas de heridas de guerra, de las batallas laborales, del amor, de las enfermedades, de la familia. Eso no significa que nos vaya terroríficamente mal, pero hay días en los que cojeamos, nos caemos, nos cuesta mucho levantarnos y en los que se nos hace duro no poder decirle a alguien "Oye, qué bien estoy..."</div>
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Y ya que el día a día es muchas veces una tarea agotadora y frustrante, no nos queda otro remedio que buscar pequeñas recetas de felicidad. Nos enganchamos un ratito al whatsapp, le fisgamos el facebook a nuestros mejores amigos - a veces, incluso, reconozcámoslo, a nuestros más acérrimos enemigos -, vemos esa serie de televisión que nos gusta, leemos ese libro que nos emociona, salimos de tapas, de cañas, de paseo (depende de lo que nos permite la economía), de copas, de cena, de vacaciones, al cine (seguimos dependiendo de la economía) y un día, gracias a una amiga que conoce mi predilección por Pablo Puyol, acabamos en la página de Verkami y colaborando en un proyecto de crowfunding. Y con una pequeña inversión económica, conseguí, inesperadamente, un momento de gran felicidad.</div>
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El domingo pasado asistimos al estreno de Venidos a Menos. Desde enero, momento en el que decidimos participar, hemos formado parte de una pequeña gran familia de mecenas a los que se nos iba informando de los avances del proyecto, del momento en el que se consiguió el objetivo, lo que se iba formalizando con "nuestro dinero"... Un mes después, nos confirmaron la fecha del estreno. Todo muy personalizado y haciendo, de verdad, sentir nuestro peso, aunque fuera pequeño, dentro de esta historia. Continuamos el seguimiento por facebook, por twitter, y por fin llegó el tan esperado momento.</div>
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He de confesaros que el desembolso que realicé estuvo muy lejos de ser justo. Esos 35 míseros euros se convirtieron en dos meses de emocionada espera y un par de horas de emoción descontrolada. Claramente, mi inversión se multiplicó por mil, porque el valor que tuvo esa tarde para mí fue, al menos, equivalente a un "Oye, qué bien estoy..."</div>
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La risa vale su peso en oro. Cada carcajada compensó muchas de las lágrimas de rabia y tristeza derramadas estos últimos meses. Cada canción, muchas de las largas noches de insomnio. Me sentí privilegiada por formar parte de aquello y un poquito más importante que en mi día a día por haber contribuido a hacer realidad ese sueño de dos fabulosos artistas. Me sentí feliz, FELIZ. Durante un par de horas se me olvidó el mundo y la vida. Sólo existía la música y la risa, una risa casi culpable, por la irreverencia de ciertos aspectos del espectáculo, pero una risa plena, de esas que te hacen desear dejar de reír porque te duele... No reía tanto y tan bien desde el último espectáculo de mis adorados Les Luthiers, a los que, curiosamente, también se nombró esa tarde.</div>
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Y lo mejor de lo mejor es que la sensación de bienestar aún continúa. Tarareo las canciones y sonrío recordando los gestos, los movimientos que las acompañaban. Leo cada crítica, todas fantásticas, y me enorgullece haber estado ahí y saber que por muchas actuaciones que haya, y espero que haya millones, no habrá ninguna igual... Soy consciente de que este estado no durará mucho más, pero quiero pensar que cada vez que escuche el CD nacerá en mí la sonrisa del recuerdo.</div>
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Dice la canción con la que abren el espectáculo " Vivo del arte, vivo de la luna y la pasión, esas son mi inspiración..." En cierto sentido yo también vivo del arte, y no me refiero a estas letritas que os dejo aquí de vez en cuando, sino porque el arte me da vida. La música, el cine, los libros... Pero sobre todo, los directos, y mucho más que cualquier cosa, los espectáculos musicales. La música me da paz en la tormenta, risa en la tristeza, llanto en el desconsuelo. La música es vida, el arte es vida y Venidos a menos fue un rato de vida GENIAL. Si tenéis la suerte de cruzaros en el camino de su gira, recordad que me hizo reír, y no me odiéis si os escandalizáis, porque, al fin y al cabo, la vida es tremendamente escandalosa.</div>
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MAYA<br />
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Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-34630155078569458582013-03-04T20:24:00.000+01:002013-03-05T20:58:10.449+01:00Lápiz robado<div style="text-align: justify;">
Abro lentamente los ojos. Está nublado, pero es de día... Me cuesta distinguir entre el día y la noche. ¿Cuánto tiempo llevaré dormida? Miro la fecha de mi último post. Más de un año... Lo que empezó siendo un letargo invernal se ha convertido en un estado comatoso con algún breve momento de lucidez.</div>
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Este cuerpo en el que vivo se ha convertido en un hogar un tanto hostil para mí. Sé que ella no lo pretende, pero los condicionantes de su vida me tienen encerrada. Tengo la sensación de que también se tiene encerrada a sí misma. Al contrario que yo, Rebeca no duerme apenas, los nervios le atenazan constantemente y vive en un estado de perpetua ansiedad e insatisfacción. No está acostumbrada a que le chillen y ahora sobrevive a duras penas en un chillido constante, que le priva de la paz que todos merecemos.</div>
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A veces, cuando alguien le pregunta "Qué tal todo" noto cómo se le revuelven las entrañas y acaba diciendo "Tirando", aunque yo sé que lo que de verdad le gustaría sería dejarse caer sobre el suelo y patalear, y llorar, y maldecir, y rendirse.</div>
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Afortunadamente, no se rinde. No estoy segura de cuánto tiempo más su espíritu continuará siendo más fuerte que su desesperanza y su desgana, pero, al menos de momento, aguanta como puede. No deja de sorprenderme que consiga levantarse algunas mañanas, encadenando tantas noches en blanco, pero se levanta, muchas veces con la marca del insomnio tan visible que se le critica por ello, pero se levanta.</div>
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Tiene la suerte de sentirse muy arropada. Se siente un tanto desagradecida, pero no quiere que vosotros penséis que lo es. En realidad, agradece cada gesto de cariño, cada intento de sacarle de su burbuja, pero sobre todo y especialmente, valora el RESPETO con el que sobrelleváis sus ausencias, sus silencios, sus tristezas.</div>
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Por mi parte, llevo meses intentando ayudarle, pero ante el temor de que lo que escribiera fuera demasiado gris, me quitó el lápiz. Se ha despistado hace un rato y he cogido uno que siempre tiene guardado muy cerca de su corazón. Está tan centrada en esta vida tan gris que lleva que no se da cuenta de que su corazón nunca deja de escribir. Yo estoy aquí dentro, vivo al lado, justo a su derecha y lo escucho muchas veces. Desde que me quitó el lápiz no puedo contaros lo que dice, pero sigue hablando en voz alta la mayor parte del tiempo. Yo escucho, en silencio, escucho... </div>
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No os mentiré, a veces lloro con él. No puedo evitarlo. Ella no llora, hace tiempo decidió no hacerlo, pero yo soy una sentimental. Pero tampoco puedo negar que otras veces me hace reír hasta que me doblo del dolor. Le pasan cosas tan extrañas... Os podría contar grandes aventuras de este año en silencio. Incluso hizo realidad uno de los sueños de su vida. Los recuerdos felices han quedado un poquito miniminazados ante tanta sensación de ahogo, pero existen y perdurarán.</div>
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¿Me guardáis un secreto? Voy a esconder el lápiz. Seguramente ni se dé cuenta. Quizá sí se la dé, pero no le importe demasiado si lo utilizo. Quizá incluso acabe siendo ella quién me anime a salir. Incluso puede que acabe regalándome una pluma...</div>
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Gracias por esperarme. Os he echado mucho de menos. Espero que no me hayáis olvidado No ha sido más que un año, y, ¿qué es un año en toda una vida? Y menos ahora que tengo un lápiz...</div>
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MAYA</div>
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Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-1181883104775918853.post-72372538770146683722012-01-27T20:05:00.003+01:002012-01-27T22:29:36.893+01:00Esperando a Maya.<p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>Vive en un rinconcito de mi alma. A veces me hace sentir que es toda suya y domina mi vida y mis pensamientos. De cuando en cuando, se esconde en su rincón, silenciosa, y pienso que puede haberse ido para siempre.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>La imagino pequeña y tímida. Quizá lleva un larguísimo flequillo que, sin éxito, intenta quitarse a soplidos de la cara. Apenas se le ven los ojos, tras esa cortina que la protege del mundo, pero su mirada es inteligente. Le encanta observar, y se siente cómoda en su silencio, un silencio que no siempre hace que los demás se sientan tan cómodos como ella. Tiene un don para escuchar, pero no se siente segura si son los demás los que escuchan lo que ella dice.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>Se oculta tras sus letras. Se siente inmensamente feliz escribiendo. La inseguridad de hace años dejó paso a la satisfacción de haberse hecho un huequito en el corazón de sus lectores. Sus ideas, cuando escribe, resultan firmes, convincentes, estudiadas. Se expresa con minuciosidad. Intenta buscar siempre la palabra apropiada, la que más se ajuste a lo que siente, porque Maya sólo escribe cuando siente…<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>Quizá algunos penséis que es pesimista, pero siempre ve un rayo de sol al final de su camino. A veces se deja vencer por la melancolía, porque tras días caminando, el sol no parece estar nunca más cerca. Es mucho más valiente que yo, pero no lo notáis, porque oculto mi cobardía tras su coraje; mi silencio, tras sus palabras; mi frustración, tras la alegría de sus lectores.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>A veces, muchas veces, últimamente, ni ella ni yo tenemos demasiado que decir y la echo de menos, porque me falta su voz. Ella tiene mi risa, yo tengo su sensibilidad. Somos dos almas en un sólo cuerpo, pero usamos la misma mente, las mismas manos, y si la musa se escapa, se nos escapa a las dos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>Me preguntáis por ella y yo me encuentro como vosotros, esperando a Maya… Pero la espero, supongo, de una forma mucho menos impaciente, porque sus pensamientos son los míos. A veces la escucho susurrándome extrañas ideas, imponiéndome su visión de la vida, abierta, tolerante, incomprensible incluso para mí, pero dejo que me contagie su romanticismo, su ingenuidad, en muchos casos, y su espíritu aventurero que hace que mi vida no sea del todo normal.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>Volverá, pronto, espero, sabiendo que pensáis en ella y que esperáis sus líneas. Hoy, por ser hoy y porque hay alguien a quién le prometí que actualizaría el blog sin falta, soy yo quién os saluda desde este nuestro lugar de encuentro particular.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><o:p><span> </span></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span>REBECA.</span><span style="font-size: 13.5pt; "><o:p></o:p></span></p>Mayahttp://www.blogger.com/profile/10486306847022450772noreply@blogger.com16