Con el paso de los años, uno acumula una ingente cantidad de recuerdos a las espaldas. Cuando, como es mi caso, se tiene una memoria especialmente desarrollada, la capacidad de gestión de esos recuerdos es fundamental para ser capaz de disfrutarlos sin que la nostalgia te golpee.
Cada día, cuando me despierto, repaso mentalmete los cumpleaños del día. No me refiero a las personas con las que comparto mi momento actual, sino con las que he compartido todos los momentos de mi vida. Lo que a muchos les parece una gran ventaja, muchas veces se convierte en inconveniente. No puedo dejar de felicitar a nadie si no quiero provocar una reacción de desconfianza en mí, porque cualquier persona se tomaría esta ausencia como un toque de atención por algo.
Recuerdo títulos de películas, nombres de actores, nombres de los personajes que representaban dichos actores en dichas películas, diálogos, o incluso escenas completas... Soy una pequeña enciclopedia de datos en su mayor parte inservibles, excepto cuando alguien no tiene internet a mano.
Asocio las canciones a ciertos momentos del pasado, a vacaciones, a compañeros de viaje o incluso a lugares concretos. Tarragona es Ideal World, de The Christians; León, La chica de Mel, de Los Flechazos; París, When I fall in love, de Rick Astley; Londres, Baby, I love your way, de Big Mountain; Munich, This Love, de Maroon 5. Ninguna de ellas son canciones de mi vida, pero no puedo evitar volar al pasado y revivir esos lugares cada vez que las escucho. Me hacen sonreir...
Sin embargo, los recuerdos que más impacto me causan, que a veces provocan que el corazón se me desboque, son los olfativos. Voy caminando por la calle o entro en algún lugar, y de pronto me asalta la imagen de alguien del pasado en forma de fragancia, e incluso cuando esas historias tuvieron su final hace años, mi apéndice nasal se separa de mi mente y tan sólo tengo que cerrar los ojos para que el recuerdo se convierta en algo casi tangible, y sentir que no ha pasado el tiempo...
Durante toda mi vida he buscado un aroma que me identifique, del mismo modo que mi memoria los asocia a determinadas personas, pero soy voluble y cambiante, y a lo largo de los años he ido acumulando tantos perfumes que me temo que se habrá de recurrir a otros recursos para recordarme.
Cada día, cuando me despierto, repaso mentalmete los cumpleaños del día. No me refiero a las personas con las que comparto mi momento actual, sino con las que he compartido todos los momentos de mi vida. Lo que a muchos les parece una gran ventaja, muchas veces se convierte en inconveniente. No puedo dejar de felicitar a nadie si no quiero provocar una reacción de desconfianza en mí, porque cualquier persona se tomaría esta ausencia como un toque de atención por algo.
Recuerdo títulos de películas, nombres de actores, nombres de los personajes que representaban dichos actores en dichas películas, diálogos, o incluso escenas completas... Soy una pequeña enciclopedia de datos en su mayor parte inservibles, excepto cuando alguien no tiene internet a mano.
Asocio las canciones a ciertos momentos del pasado, a vacaciones, a compañeros de viaje o incluso a lugares concretos. Tarragona es Ideal World, de The Christians; León, La chica de Mel, de Los Flechazos; París, When I fall in love, de Rick Astley; Londres, Baby, I love your way, de Big Mountain; Munich, This Love, de Maroon 5. Ninguna de ellas son canciones de mi vida, pero no puedo evitar volar al pasado y revivir esos lugares cada vez que las escucho. Me hacen sonreir...
Sin embargo, los recuerdos que más impacto me causan, que a veces provocan que el corazón se me desboque, son los olfativos. Voy caminando por la calle o entro en algún lugar, y de pronto me asalta la imagen de alguien del pasado en forma de fragancia, e incluso cuando esas historias tuvieron su final hace años, mi apéndice nasal se separa de mi mente y tan sólo tengo que cerrar los ojos para que el recuerdo se convierta en algo casi tangible, y sentir que no ha pasado el tiempo...
Durante toda mi vida he buscado un aroma que me identifique, del mismo modo que mi memoria los asocia a determinadas personas, pero soy voluble y cambiante, y a lo largo de los años he ido acumulando tantos perfumes que me temo que se habrá de recurrir a otros recursos para recordarme.
MAYA.
En mi clase en 8º había una compi que la llamábamos "La Sobaco"... creo que todavía la "reconocería".
ResponderEliminarAh, y, Tito, que dejes de usar Farenheit, hombre!!
Un aroma que te identifique deberia de llevar notas dulces, exoticas, un toque de rabitos de pasas (en honor a tu buena memoria) y otros ingredientes que puedas cambiar segun el momento de volubilidad en que te encuentres....
ResponderEliminarNo se si ya te lo dije, pero me gusta tu blog, es una visita obligada para ver si has publicado algo nuevo cada dia...sigue asi!!!
oye.... yo también me apunto a eso de "visita obligada"... me gusta tu blog.
ResponderEliminarQuerida Maya,
ResponderEliminarme permito el atrevimiento de sugerirle los greatest hits de Take That, Spice Girls y...¡la banda sonora de V!!!!!
Atentamente,
Nube de Verano (parece);D