lunes, 23 de agosto de 2010

Cuba.

Viajar es uno de los grandes placeres de la vida. No entiendo a las personas que no disfrutan de ello, o que prefieren no atravesar las fronteras de su país, argumentando aquello tan manido de "Con todo lo que hay que ver aquí...". Si yo dispusiera del dinero necesario, pasaría la vida de ciudad en ciudad, de lado a lado del mundo...

Cada uno de los viajes que he realizado, ha sido un regalo para mí, un regalo que permanece en el banco de los recuerdos que atesoro con más cariño. No ha habido ningún lugar que me haya decepcionado, que me haya arrepentido de visitar. Cada país, su cultura, su gente, me ha aportado algo. Durante unos días puedo sentirme lejos de mi vida, de las pequeñas tristezas ,de los problemas, y olvidarme de quién soy. Hacía ya un par de años, quizá tres, que no me embarcaba en un viaje que esperar con ilusión, para el que vas descontando días, y que, cuando termina, te deja un regusto amargo, porque la felicidad que has sentido se te escapa, y, durante unos días, vives de recuerdos, deseando que nunca hubiera acabado.

Cuba ha entrado en mi corazón para quedarse; una aventura inesperada, un destino no planeado y unas vacaciones inolvidables. La Habana es calor, sudor y mojitos... Es música en cada esquina y colores estridentes. Es salsa, es baile, es una exposición de coches antiguos. Es el sabor de sus camarones o de la fruta bomba. Es el Malecón y el mercado de artesanía. Es piel negra y sonrisa blanca. Es ritmo y risa...

Varadero es paraíso, arena blanca y mar turquesa. Es paz, descanso y relax. Es sol y alegría. Es luz y simpatía. Es clases de baile y gimnasia en el agua del mar. Es pasar horas sobre una tumbona y dejar pasar tiempo con la sensación de que acabas de tumbarte. Es flotar en el Atlántico como si no existiera nada más que tú, el océano y el sol. Es la foto más hermosa de mi vida, la del beso con Nemo. Es la sensación más reciente que he tenido de felicidad absoluta.

Cuba ha significado algo más que unas vacaciones para mi. Ha sido un reencuentro con la vida, con la parte de mí que gusta compartir, con la chica que sonríe y disfruta, con la que es fácil convivir.
Ha marcado el comienzo de lo que, espero, sea una maravillosa amistad y la NECESIDAD de seguir viajando, de seguir llenando el alma de vivencias, de personas, de imágenes, de MOMENTOS...

MAYA