Hace un poco más de cinco años hice público por primera vez algo que había escrito. Supongo que Maya siempre ha existido, porque la reconozco en aquellas líneas… Apenas tengo recuerdos del momento en sí, porque mi corazón era un cúmulo de sensaciones contradictorias. Se casaba mi amiga del alma y mi corazón estaba roto. No es sencillo hablar del amor justo en un momento en el que asesinarías a Cupido, pero afortunadamente, el discurso estaba escrito antes del drama en el que viví durante aquellos días.
Me apetecía mucho compartir aquellas letras con vosotros, y le he pedido permiso a sus dueños para que formen parte del blog. Falta mi voz, la emoción con que lo leí, y la emoción con la que fue recibido. Para los que estuvieron presentes, aquí está el recuerdo; para los que no, he aquí el nacimiento de Maya ante el mundo.
“Cuando Cris me pidió que escribiera unas palabras para el día de su boda, además de sentirme muy halagada, me pareció que aquella era una terrible responsabilidad. Se supone que éste es el día más feliz de su vida, y que mis palabras han de ser inolvidables, divertidas, emocionantes…
Se me ocurrían mil anécdotas que contar, cómo haceros reír recordando las millones de estupideces que hemos hecho juntas, pero no creo ser tan graciosa y, además, muchos de vosotros ya conocéis esas historias. Entonces pensé que no estáis aquí para escucharme; habéis venido por la misma razón que yo, porque queréis a Cris y a Roger, y queréis compartir este momento tan especial con ellos, y estas palabras que he de leer ante todos vosotros, son en realidad para Cris…
Así que, he decidido no contaros nada sobre ella, sobre nosotras. Tan sólo voy a hacer lo que acostumbraba hace muchos años: voy a escribirle una carta.
Querida Cris,
En estas mismas fechas, día arriba o abajo, nos conocimos hace 15 años. No siempre fuimos las mejores amigas, y la verdad es que no fue porque tú no lo intentaras…
Primero, durante los dos últimos años de instituto, y después, los que pasamos estudiando en la misma facultad, tú te empeñaste en conquistar mi amistad y, sinceramente, creo que no te lo puse demasiado fácil.
Y de pronto, uno de esos días en los que único está especialmente lúcido, me di cuenta de que durante aquellos años te habías convertido en la única persona, además de mi familia, con la que siempre podía contar. Mi amistad, el amor que siento por ti desde entonces, son tan sólo el resultado de la inversión de cariño y fidelidad que tú depositaste en mí desde el día que nos conocimos.
Y ahí empezó de verdad nuestra historia, hace un poco más de 9 años, bebiendo un café ruso en Los Tintes, y bailando en una verbena de barrio.
Durante estos años lo hemos vivido todo juntas: el fin de nuestros estudios, la búsqueda de trabajo, alegrías, tristezas, desengaños…
Nos regalamos nuestras familias. Es una bendición tener, además de los propios, otros padres, hermanos, cuñados, abuela, un primer sobrino…
Tú has sido la única constante en mi vida. Ni todos los kilómetros que nos han separado han logrado minar ni un poquito nuestra unión, sino tan sólo fortificar los lazos. Hace 7 años que no vivimos en la misma ciudad y no ha habido ni un solo día en que no te haya echado de menos…
Y la vida va dando vueltas, pasan los años, y de pronto me hablas de un tal Roger, un compañero de trabajo con el que has empezado a congeniar. Y me lo presentas un día dando un paseo por el Rastro…
Bastó veros juntos un par de veces para darme cuenta de que lo mirabas como nunca te había visto mirar a nadie, y no fue difícil descubrir qué el te miraba de la misma manera. Obviamente, Roger, no te conozco tanto como a Cris, pero tan sólo una persona que le ame profundamente diría de ella que es como una balsa de aceite…
Y aquí estamos, chicos, celebrando que os seguís mirando como si tan sólo existierais el uno para el otro.
Vuestra relación está basada, además de en el amor que presupone esa mirada, en un respeto y una tolerancia infinita del uno por el otro. Habéis creído en vosotros desde el principio y, el tiempo, y haber conseguido llegar a vivir este momento, os dan la razón. Todos los que estamos aquí, acompañándoos, también creemos en vosotros.
Por mi parte, yo os deseo toda la felicidad del mundo, la que estoy convencida que merecéis. De vosotros siempre he recibido lo mejor y espero no perderos nunca. Hace años, Cris, que tú y yo planeamos ir juntas al geriátrico. Si te portas bien, Roger, te dejaremos venir con nosotras.
Sed muy felices. Os quiero muchísimo.
La dedicatoria para los novios decía “Vosotros hacéis que siga creyendo en el AMOR”. Si lo tuviera que escribir hoy por hoy, quizá no diría exactamente lo mismo. Con el paso de los años uno se vuelve más escéptico en lo que respecta a ciertos temas, pero si hay algo que me hace mantener la esperanza de que los grandes amores existen, desde luego es estar rodeada de parejas que, como los destinatarios de este discurso, a pesar de las dificultades de la vida, de lo enormemente complicadas que somos las personas, de la cantidad de veces que uno está a punto de tirar la toalla, siguen destilando amor y fe mutua.
MAYA.
Ten emocionante como el día de su boda. No hace falta que revise fotos de mi ordenador para recordarte en aquel momento, con tu impresionente y deslumbrante vestido. De hecho, es una pena que no pueda colgar una foto en mi comentario...
ResponderEliminarCuentas con mi voto, mi cariño y mi respeto.
Tuyo siempre,
Ano
¡Qué recuerdos! ¡Qué día tan especial! Cuando empezamos a planear la boda estaba un poco preocupada por las ausencias, esa Ausencia con mayúsculas que me llenaba los ojos de lágrimas y me apretaba la garganta. Mon hizo que estuvieran presentes de un modo tierno y dulce. Luis puso las sonrisas y la incocencia y tú...¿qué te voy a decir? No podía concebir ese día sin tenerte en cada paso del camino. Estuviste eligiendo el vestido, comparando los menús, sufriendo algún ataque de nervios del novio...Ahora que echo la vista atrás no recuerdo si te dí las gracias. Te sobrepusiste a un momento difícil y triste para tí para pasar ese día con nosotros. Y además trajiste a Mari y Quique porque me hacía mucha ilusión. Así que muchíiisimas gracias por estar ahí, por ser mi hermana y por hacer de mi boda un recuerdo maravilloso para todos los que asistimos. Te quire tu balsa de aceite.
ResponderEliminar¡Ah! Abusando de tu blog quiero aprovechar para dar las gracias a todos los actores de ese evento. A los que te siguen y a los que no. Gracias.Os quiero.
Qué bonitas palabras.... seguro que aquel día fueron inolvidables para los novios...
ResponderEliminarUn besito desde Castellón!!
Enhorabuena a la pareja... porque ser destinatarios de unas palabras tan auténticas y tan emocionantes (y no son las primeras en este blog, además), es para estar muy orgullosos.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte;
Número Fan
Qué preciosas palabras... debió de ser un momento muy muy especial y emocionante... Espero que, si algún día me puedo permitir la boda, alguien me pueda dedicar algo tan PRECIOSO y especial como esto!! (A lo mejor hasta lo puedes hacer tu... ;-) ) Un besazo!!
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