lunes, 6 de julio de 2015

El gran AMOR.

      El AMOR PROPIO es un gran compañero. Es mucho menos popular que su primo hermano, el AMOR, pero cuando aprendes a convivir con él te das cuenta de que proporciona un sentimiento muy gratificante, que su pariente cercano no siempre te regala.

    El amor tiene muchos efectos secundarios, alguno de los cuales son francamente dolorosos, incluso cuando dicha pasión es correspondida. Por no hablar, por supuesto, cuando ese amor es unidireccional… ( aunque he de decir que soy muy fan de los amores platónicos, si uno sabe respetarlos como tal ) Sin embargo, el amor propio no te falla nunca. Jamás es un error saber respetarse y darse a valer.

       No hay que tener miedo a quererse, incluso por encima de los demás. La generosidad empieza por uno mismo, y no parece demasiado justo darle al resto lo que no nos damos a nosotros. Es importante aprender a disfrutarse, saber decir NO, entender que, a veces, anteponer nuestras necesidades a las de otros, no es un gesto de egoísmo, sino de inteligencia emocional.

      Cuando queremos a otros por encima de nosotros perdemos el equilibrio, puesto que dejamos que sea ese otro el que cargue con el peso de nuestro bienestar. Si esas personas fallan, el peso que soportan cae, y nuestra felicidad se golpea contra el suelo ante la imposibilidad de sujetar su caída. Y es importante ser consciente de que todo el mundo merece y tiene derecho a fallar…

       Amar y ser amado es maravilloso, pero DEPENDER no resulta práctico. La responsabilidad de nuestra existencia debería ser sobre todo nuestra. Con ello minimizaríamos la posibilidad de culpar a alguien ajeno de nuestros fracasos.

       Y, ¿se puede compaginar ambos amores? ¿Es posible amar a otros, que nos amen y, al mismo tiempo no perder la consciencia de nuestra propia dignidad y autonomía? Yo creo que se puede. La magia se produce cuando conseguimos rodearnos de espíritus afines, de personas que valoran nuestra independencia, nuestra sinceridad y nuestra forma de querer, y que entienden que, quizá, la calidad del amor no depende de la complacencia y de la intensidad, sino de la pureza de los sentimientos que cada uno somos capaces de despertar en nuestro entorno.

        No os conforméis nunca con menos de lo que sois y lo que merecéis. Que el amor que os regalen sea tan reconfortante como el que os dediquéis. Que cuando alguno de vuestros amores os decepcione, tan sólo sintáis que habéis perdido un peón, y no que se ha acabado la partida. Que la dignidad os acompañe siempre y os haga sentir orgullosos de las personas que sois. Sed vuestro gran amor y en algún momento la vida os recompensará y ese amor que proyectéis será el imán para que os amen de alma a alma, de corazón a corazón.


      MAYA.

3 comentarios:

  1. Muy bueno!! Como siempre la espera merece la pena!! Muuuaakk

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  2. Maya, gracias �� . Esto lo tengo que leer todas las mañanas hasta que me reencuentre. Un besote de la hermana de LIG

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