lunes, 5 de septiembre de 2011

Placeres gratuitos.

Aparece en el cielo y, de pronto, su hipnótica presencia, me transporta, me ciega, y pierdo toda capacidad que no sea observarla.

Cada verano, esa luna de agosto hace volar mi imaginación y mi memoria, hasta encontrarla como espectadora de fondo de muchas de mis vivencias. El verano es una época maravillosa para crear recuerdos, quizá por la magia del solsticio, quizá porque nos sentimos más libres, porque el sol incrementa nuestra energía y nuestro buen humor, quizá porque tenemos más horas para disfrutarnos y disfrutar de lo que nos rodea.

El verano es la época del año en la que más soy consciente de la cantidad de maravillas que existen a nuestro alrededor y que nos proporcionan momentos de felicidad, un tanto efímeros, quizá, pero que en el instante vivido dejan un regusto de ensoñación que, al menos durante unos instantes, alejan de mi mente las pequeñas tristes realidades del día a día...

Observar la luna es uno de esos lujos gratuitos que proporciona la naturaleza. Completamente concentrada, me pierdo en su brillo y en la fascinación por sus matices; la de agosto, con su tono anaranjado y el gran tamaño que supone su cercanía, me hace volar a mi adolescencia, a las noches de playa, cuando, de vacaciones, mis padres relajaban sus normas y me regalaban una libertad de la que no disfrutaba el resto del año. La luna llena es mi debilidad. Le pido deseos, como quién lanza una moneda a un pozo, disfrutando del goce de desear mucho más que de la posibilidad de que se cumplan tales deseos. Adoro el cuarto creciente, porque lo llevo impreso en mi piel y lo siento un poco más mío. Cualquier momento es bueno para detenerme, en medio de la calle, y durante unos segundos, desaparecer de la tierra y viajar a mi luna.

El cielo estrellado lejos de la ciudad es también mágico. El negro salpicado de brillantes es un escenario de cuento de hadas, de noches románticas, de confidencias, de primeros amores, de viajes de vuelta con la cabeza apoyada en la ventana de coche. El cielo estrellado es Villaseco, Villanueva, Adelán, Cascais... El cielo estrellado es ilusión de ver una estrella fugaz, y, nuevamente, pedir un deseo.

El verano es mar, playa y arena. Tomar el sol me da vida, me relaja, me tranquiliza, me da paz. El mar es fuerza, pasión y renovación. Me encanta sentir el frío en mi piel mientras me adentro, alejándome de la orilla; aún más, disfruto saliendo al sol y dejando que las gotas resbalen y desaparezcan por sí mismas o pasear por la arena dejando que me salpiquen las olas.

Tengo recuerdos de atardeceres hermosos en muchos y diferentes lugares. El color brillante del sol, el tono rosado del cielo, la luz desapareciendo lentamente en el horizonte, es un espectáculo digno de vivirse tantas veces como se pueda. Hoy por hoy, mis puestas de sol son el Cabo de San Vicente y Urueña.

En estos meses con tantas horas de luz, parece como si no fuera necesario dormir. Los días se alargan en conversaciones interminables y piensas, "ya dormiré en invierno...". Una terraza con amigos, un café que se alarga hasta convertirse en copa, una sesión de chat sorprendente y llena de complicidad, risas, música y cine, una visita de un amiga a tu casa que hace que pierdas la noción del tiempo, la sensación de que la calle se vive de noche en estos meses...

5 de septiembre, y un nuevo verano llega a su fin. Ha sido un fantástico verano, una mina de recuerdos para el futuro, un respiro en la rutina, cientos de fotos que revisar, de lugares visitados, de momentos compartidos, de gente inolvidable. Gracias a todos los que de una u otra manera lo habéis compartido conmigo, porque sabéis que siempre permaneceréis en mi memoria.

Lamento la tardanza de mi vuelta. Gracias por esperarme.

MAYA.


11 comentarios:

  1. Lo primero...¡bienvenida! Siempre es un placer tenerte entre nosotros y descubrirnos en tus recuerdos, en tu presente...en tu vida.
    En mis años mozos pensaba que había algo de licántropa en mí, algo que me hacía repasar los calendarios y buscar las noches de luna llena. La tuya, y la mía. ¡Cuántas lunas han sido testigos mudos de confidencias, risas y aventuras!
    También tengo otro placer gratuito en la naturaleza que me hace vibrar (tal vez a partes iguales por miedo y emoción)...las tormentas, las de truenos y centellas, especialmente en verano.Me encanta la lluvia, escuchar el repiqueteo en la ventana y bajo el paraguas. Las tormentas en la playa son íncreíbles, alguna vez me encontraron en el agua, bajo la luna.

    P.D: Mi puesta de sol será San Antonio (Ibiza).

    Nube.

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  2. Jo, Javi, lo que haces para no comentar.. ;-) Investigaré si se puede poner un botoncito...

    Nube, yo también recuerdo esas noches de luna llena, que solían coincidir con las que nuestras 1000 pesetas no nos daban de sí, y pedíamos dinero a la gente conocida para seguir bebiendo.. Todos los recuerdos contigo son hermosos, incluso cuando llegas hora y media tarde y no me avisas...

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  3. ES precioso me ha encantado!! Gracias por regalarnos este placer... el placer de leer tus textos.

    P.D - La Cansina que tanto te quiere :)

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  4. Para mí también es tremendo placer saber que me leéis, cansina mía...

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  5. Anda que no he visto a la luna salir, e incluso marcharse para que salga el sol, veces en mis veranos de juventud. No solo en agosto, sino todo el verano, desde finales de mayo hasta bien entrado septiembre. Nunca me pare a comtemplarla detenidamente, estaba mas pendiente de otras cosas creo... Añoro aquellos veranos, aunque esto no quiere decir que los de ahora no me gusten, son diferentes pero igual de gratificantes. Ahora miro la luna, pero para enseñarla a Mario y Emilio, para decirles lo grande o pequeña que esta esa noche y para usarla de cronometro, marcando un punto imaginario con los niños y acordando que cuando la luna llegue hasta el nos marchamos, aunque no siempre es sencilla la marcha. Espero que ellos tambien pasen muchas noches de verano viendo a la luna (aunque espero que no se queden a verla irse para que salga el sol)y que cuando tengan nuestra edad tambien añoren esas noches de verano y sus liunas.

    Otrol texto mas sobre el que hacer un pequeño comentario y sobre el que decir que aunque la espera haya sido larga, ha merecido la pena.

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  6. Aquí empieza a haber sobreabundancia de anónimos... no me va a quedar más remedio que firmar...

    Segunda vez que me pasa, parrafada (prciosa) escrita, y en algún momento, el navegador la envía al limbo de los justos, con lo q me cabreo, y tardo otros dos días en volverlo a poner... y, claro, ya no es lo mismo.

    A lo importante. Ya cuando pusiste tus fotos en FB, me encantó no sólo ver que habiáis estado en el Cabo San Vicente, sino que además, estuvistés en la puesta de sol. O lusco fusco. Desde mis 14 años, esa es mi puesta de sol. Bueno, y el desierto de Wadi Rum.

    Tener un buen verano es fundamental. El recargar pilas, en realidad consiste en fabricar toda esa serie de recuerdos y experiencias de las que hablas en tu entrada, para aguantar el resto del curso escolar hasta el verano siguiente... que volvemos a empezar.

    Un beso y no tardes,

    George

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  7. Maya, me alegro que hayas vuelto!!! Te echábamos mucho de menos. De nuevo vuelves a emocionarme con tu texto. Da igual que hables de la luna, de tu mami o de Luis... siguen siendo un lujo para nuestro corazón y nuestra alma... La luna tb la asocio a Villaseco y a recuerdos de infancia. Y me parece maravilloso ver que a las nuevas generaciones esa luna y ese cielo estrellado también les conquista. Espero con impaciencia tu próximo post (que sé que llegará pronto!!)

    Mon

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  8. Ufff!!!....creo que ésto ya va a ser un no parar. Vaya momento para descubrir tu blog. Unos días con la sensibilidad a flor de piel, la lectura de tu carta de amor, ahora lo de la luna (que es tan especial para mí) y todo ello tumbada en la cama con la luna iluminandome por la ventana......vamos, mejor momento imposible.

    Yo también recuerdo veranos maravillosos de sol arena, playa y la luna siempre presente en mi vida. El de éste año ha sido especialmente gratificante y maravilloso, lleno de momentazos increibles, sensaciones que nunca pensé en volver a vivir y disfrutar e incluso, por increible que parezca a estas alturas de la película,experiencias y sentimientos nuevos que estaban, sin yo saberlo, esperándome para llenar mis ojos de lágrimas de felicidad y mi corazón de una inmensa sensación de paz y alegría. Hacía mucho que la vida no me regalaba un verano como este y le doy GRACIAS por ello, igual que a tí por estas palabras que compartes con nosotros.

    PD: Mi puesta de sol de este año ha sido una en el Puerto de Sta María, la más especial o una de las más especiales de todas las que he vivido hasta ahora, que te puedo asegurar que han sido muchísimas.

    Sara

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  9. uummmm, El verano es mar, playa y arena, y algo mas diria yo, jajaja, sube la libido, nos sentimos mas felices, estamos más guapos, gustamos más, nos gustan los demas más.
    Y no, el 5 de septiembre no acaba el verano, este aquie, en pucela acaba cuando se terminan las fiestas

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  10. Buf...qué dejado tenía tu espacio y qué bien me sienta leerte de nuevo cada frase, cada línea cada "TÚ" en estado puro...pura vida ya sabes... Compartimos esa puesta de sol en Urueña y espero que sean muchas más sea donde sea porque siempre nos quedará...¿Vigo? jajajajajaja !No hay huevos! Y respecto a la Luna...esa Luna, te diré una de mis frases: Los rayos de Luna no ponen morena pero qué vida me dan! TE QUIERO. Cher

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